XII

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Al menos, las últimas cuatro semanas de clases fueron menos estresantes y menos lúgubres para él. Su profesor de Historia Contemporánea parecía haber recuperado el vigor y la pasión por sus clases, y de nuevo, todos le escuchaban atentos y tomaban apuntes de esto y de lo otro, o preguntaban cosas sobre su carrera, como si quisieran ser los próximos historiadores del mundo. En su graduación, Jean le preguntó a Erwin si le seguiría viendo como un alumno.

—Usted me dijo que, cuando te acostumbrabas a ver de una determinada manera a una persona, se quedaría así para siempre. Eso significa que cuando yo sea un universitario, ¿usted me seguirá viendo como su estudiante de preparatoria?

—Puede ser —Erwin le despeinó los cabellos—. Pero no es hora de pensar en esas cosas, disfruta de tu fiesta.

—¿Podré seguir viéndole en vacaciones?

—No lo sé en realidad.

Con el espíritu apagado, Jean se fue con su grupo de amigos a festejar que se habían recibido. Por un rato, el alcohol le hizo olvidar de ciertas preocupaciones. 

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