Habían pasado ya varias semanas desde que Elizabeth reconoció a su hermano, durante ese tiempo, Ciel se encargo de ganarse nuevamente la confianza de la rubia, como siempre fracasaba en sus intentos, hasta que decidió tomar la única carta que le quedaba.
-Elizabeth?!- El chico de mirada azul profundo miraba a la rubia peinar una muñeca en su tocador, ella volteo temerosa y dispuesta a gritar, pero él hizo una seña para indicarle que no le haría daño.
-¿Q-qué quieres? No me hagas daño-La niña de ojos esmeralda rompió en llanto y se sentó en un rincón de su habitación, el conde se armó de valor y se colocó frente a ella para envolverla en un abrazo tímido.
-No te haré daño, sólo...quiero invitarte a un baile- increíblemente él sonrió, no sabía si porque ella no sé negó a si abrazo o por la enorme sonrisa que ella le dedicó.
-¡Un baile! Entonces debo elegir un bonito vestido, a Shieru le gustaría verme linda- sin notarlo, ya había vaciado la mitad de su armario, no se percató de lo que dijo, a lo que el conde se sorprendió
-¡Elizabeth! ¿Sabes quién soy? - el ojiazul se emocionó al escuchar que ella dijo su nombre y no pudo evitar sonreír. Pero esa sonrisa se borró al instante, su pequeña prometida sufrió un fuerte dolor de cabeza y comenzó a llorar desesperadamente, él sólo la abrazo y llamó a Edward, era el único que podía ayudarlo.
Edward llegó unos minutos después y logro tranquilizar a la rubia, después de ello le dio la orden a Paula para que cambiara de ropa a su hermana y le pusiera el vestido que había elegido para el baile. al cabo de un rato Elizabeth despertó, lucia mejor que en las horas pasadas, cuando se levantó vio a un Ciel arreglado especialmente para ella.
-¿S-shi...eru?- Ciel se levantó inmediatamente al escuchar la voz de su prometida pronunciar su nombre, fue directo hasta dónde ella y la abrazo fuertemente contra él.
-¡Elizabeth! ¿Sabes quién soy? -el conde no pudo evitar llorar, sentía que tenía de regreso a su pequeña prometida, aquella que había intentado hacerle feliz durante tanto tiempo.
-Eres mi prometido, Shieru, te extrañe tanto-la niña de ojos esmeralda se unió al abrazo de aquel chico que lloraba de felicidad por ella, no podía creer que ese día hubiera llegado,ahora podría hacerle feliz o eso esperaba ella.
-Prometo nunca dejarte Elizabeth Midford, quiero tenerte siempre a mi lado- el joven rodeo a Elizabeth y acaricio su cabello, era una señal de que estaría siempre con ella, pero no crean que aquí termina todo, esto es sólo el inicio, la nueva vida del Conde Ciel Phantomhive estaba por comenzar.
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Un alma nueva para amar
FanfictionDespués de la aparición de su gemelo, Ciel decidió dejar todo de lado y buscar a Elizabeth, cuando la encontró era un poco tarde, su memoria se había ido, así que poco a poco buscó recuperar su confianza, hasta que termino formando una familia con e...