Capítulo 6.

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|Simplemente acepté que ya no te veo como antes|

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Al finalizar las clases, busqué a Setoguchi-chan con la mirada entre el tumulto de alumnos, pero no la vi. «¿Me estará evitando?». Caminé a mi casa. Al llegar, me cambié, dejé todo en orden y me tiré a mi cama. Recordé la carta. Al final, no pude encontrar de quién era y aún no la había leído. «¿Qué dirá?». No tenía nada de malo leerla, ¿verdad? Era para mí, ¿cierto? La intriga me ganó y la abrí con cuidado, era una hoja blanca con buena escritura, y con varios y tiernos emoticones. «Se me hace conocida la letra...»

¡Bien, a leerla!

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¿Te sorprende la llegada de esta inesperada carta? La verdad... yo estoy tan nerviosa y no puedo dejar de marearme.
Tú y yo nos conocemos desde la secundaria, ¿lo recuerdas? Pues yo lo recuerdo dulcemente.
Todo comenzó cuando pasaba por los pasillos, donde me asustaste botando el tacho de basura..., en aquel entonces yo estaba en primero y te perseguía innumerables veces..., lo siento mucho.

Pero ahora quiero ser yo la que te mire a los ojos..., ¡y te diga lo que siento!..., quizás... no sea la chica perfecta con la mejor sonrisa..., pero... ¡sé que yo puedo hacerte muy feliz!
La verdad, cada vez que te veo en el instituto me pongo súper nerviosa, también, ¿sabes por qué lloré tanto en la ceremonia de graduación? Según por mi hermano.

No es necesario que nos veamos muy seguido, pero estoy completamente segura que me haces falta.
Quizás sea normal llorar en las graduaciones.
Aún tengo la foto que nos tomamos juntos ese día, enmarcada en mi habitación.

¡Tengo que decirte que soy realmente feliz de estar en el mismo instituto que tú! ¡Y tu nuevo corte te queda súper genial!
Es claro porque eres el más popular en primero. Tengo que admitirlo: estoy muy celosa.
Pero incluso antes de que fueses popular..., me era imposible decirte estas palabras; por ello, creo que podrán llegar a ti con esta carta.
Senpai..., ¡tú me gustas!
Sí, quizás no me creas, pero la verdad quiero gustarte ya que me demostraste una persona dulce y especial.

Posdata: Senpai, sinceramente, te odio mucho, mucho, mucho, mucho. Odio tu amabilidad, tu sonrisa, tu ternura, tu forma de ser..., no voy ha acabar ahorita, por lo te lo resumo: ¡odio todo lo que me gusta de ti!

Atte: Setoguchi Hina.
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¡¿Qué?! ¡¿Le gus-gustaba a Setoguchi-chan?! «¿Es en serio?». Ahora que lo pensaba bien, podía que fuera cierto: era un tanto obvia. Sonreí al pensar en eso. Pero lo que me daba curiosidad era que la carta se notaba arrugada; ¿desde cuándo la habría escrito? Y lo que más me intrigaba: ¿por qué no me la dio directamente? ¿O por qué no me la dejó en mi casillero? «Quizás no sabía cuál era...». ¿Por qué la dejo tirada? ¿Se le habrá caído?; tantas preguntas sin ninguna respuesta, ¿qué hacía?

—¿Me gusta Setoguchi-chan? —Me cuestioné, apoyando mis codos en mis rodillas y viendo la pared blanca de mi habitación.

Era algo que me gustaría saber. Tenía que sincerarme conmigo mismo: ¿me seguía gustando Enomoto-san? Quizás, pero estaba en proceso de olvidar mis sentimientos románticos por ella completamente, gracias a Setoguchi-chan. ¿Qué era lo que sentía por aquella chica de brillantes y vivos ojos violetas? ¿Por qué me molestó que su amigo le besara la mejilla? ¡¿Por qué yo le besé la mejilla?! Sin saber que hacer, abracé mi almohada.

—Últimamente he estado pensando mucho en ella, ¿por qué?..., ¿será qué...? —Dejé la pregunta al aire, sin atreverme a terminarla.

Lo que me preocupaba era que, si la carta estaba ahí, eso significaba que ella no se enfermó y retiró; ¿me evitó?..., creo que sí. «¿Por qué siento una opresión en el pecho?». ¿En verdad le gustaba? ¿Por qué me evitaba? Creía que era por mi atrevimiento de besarle la mejilla, pero si yo le gustaba, ¿por qué se habría molestado? Debía de dejar de evitar el tema; ¿Setoguchi-chan me gustaba? «Ella es menor que yo...». Además, cuando hubo rumores sobre nosotros dos, yo siempre los negaba...

«¡Deja de evitar el verdadero tema!». ¿Me gustaba Setoguchi-chan? Creo que... sí. Después de todo, ella me ayudó mucho; terminaría pasando al final de cuentas. ¿Se lo decía? Sería lo justo, ¿pero cómo?

—Agh, qué complicado es todo esto —murmuré frustrado, acostándome de lleno en la cama y restregando mis manos en mi rostro.

«Se lo diré en persona...»

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-Lindassj1

Τє qυiєrσ |Нiทα y Кσyυкi| [HσทєyWσrкs] ; Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora