Goodbyes [Starlight 0.5]

18

Fui llevada al psiquiatra de la escuela. Mis padres pensaron que sería lo mejor y yo solo les seguí la corriente.

Recuerdo que entré al establecimiento y mis piernas ya temblaban incluso cuando sabía que no estaba sola, que no me harían daño como era todos los días.

Me abrazaba a mí misma, manteniendo la mirada en el piso y siguiendo la conversación amena que mis padres tenían. Hasta que sentí mis brazos cruzados chocar con algo.

O más bien alguien.

"¡L-Lo siento mucho!"

Exclamé aquello automáticamente, al mismo tiempo en que me colocaba de cuclillas y comenzaba a recojer varias hojas que se habían caído a nuestros pies.

Mis manos temblorosas dejaron de moverse cuando mis ojos se encontraron con lo que parecía un expediente estudiantil, fijándome en la fotografía en una de las esquinas.

Esos ojos azules en la imagen me paralizaron, a la par en que tu mano agarraba con suma delicadeza una de mis muñecas y me hacía levantar la mirada a la tuya, a tú mirada, Allen.

Mi observaste incrédulo, probablemente por el horror que había en mi expresión. Pero luego sonreíste, tímida y calídamente, como si quisieras acojerme con ello.

Creí que me desmayaría, hasta que dijiste algo y mi corazón latió con fuerza.

"Hola...¿Te acuerdas de mí?"

Quise decirte que sí, que quería agradecerte por preocuparte por mí, pero el que bajaras la mirada a las heridas cicatrizando en mis muñecas me hizo sentir terror.

Me quité rápidamente tu mano de encima, mirándote con disculpa por la brusquedad pero con el horror comiéndome viva. Procuré cubrir mi piel con las largas mangas de mi sweatter.

Me sentía asquerosa, estúpida y ridícula mientras me mirabas preocupado. Como si trataras de rescatar algo preciado a punto de romperse.

Pero yo no valía la pena.

Me levanté temblorosa sobre mis zapatillas, cubriendo desesperada mis muñecas y negando con nerviosismo, mi boca se abría y cerraba sin palabra saliendo de ella.

"Y-Yo...Lo...sien..."

Esa fue la última vez que te miré a los ojos ese verano, Allen.

Habías tocado mis heridas, no quería que te lastimaras con ellas. No quería que tuvieras pena por mí.

Porque yo no valgo la pena...No lo valgo para nada.