What does it feel so good, but hurts so bad?
Recuerdo esa canción que canturreaba la señorita Stratus cuando entré hoy a la biblioteca. Solo le sonreí de lado mientras ella seguía jovial moviendo sus caderas al ritmo de la música en sus audífonos y organizaba unos papeles.
Era bastante gratificante conocer a alguien como ella y ver ese espíritu cada mañana.
Ese día opté por ir yo misma por un libro, ya que Christian se veía ocupado con un chico algo regordete y su amigo cargando un montón de libros, ambos le gritaban de vez en cuando que era un estúpido idiota pero no parecía darle importancia alguna.
Continué mi camino a lo largo de las estanterías, sacando libro tras libro y colocándolo bajo mi brazo. Entre clásicos y desconocidos, mi hambre por literatura parecía ser grande ese día. También algún ejemplar de astronomía se me debe haber escapado por ahí.
Una vez que estuve satisfecha con los ejemplares que elegí, me dispuse a ir a sentarme en alguna parte.
No es como si la biblioteca estuviese atestada de gente, pero tenía mis preferencias en cuanto a lugares cómodos para pasarme la tarde entera leyendo.
Fue entonces que, mientras pasaba uno de los pasillos, que lo vi.
Era un chico de cabello castaño bastante largo pero lacio, estaba de puntillas sobre sus gastados vans y estiraba su brazo por sobre su cabeza para alcanzar algo en la repisa.
Me percaté que su brazo derecho tenía una lona y un yeso, por lo que probablemente se lastimó de alguna manera.
Podría seguir describiendo incluso lo adorable que me pareció el que gruñera cuando no alcanzaba los libros, pero me alarmé cuando noté que a ese ritmo, y con esos movimientos tan torpes por su parte, muchos libros le podrían caer encima.
Me apresuré y, justo al momento en que tres ejemplares casi se salen de su lugar, coloqué mi mano frente a ellos y evité que le cayeran encima de la cabeza.
Él se quedó paralizado, justo antes de girar a verme con una alarmada mueca.
Me quedé petrificada un momento frente a sus ojos azules, pero no tardé en decirme que tenía que mantener la compostura.
Con timidez le sonreí y alcé el libro que quería, teniendo que esperar hasta el momento en que pudo mover su mano sana y alcanzarlo.
Me agradeció, a lo que solo sonreí y continué mi camino hacia la zona en la que me dirigía en un inicio.
Sin embargo, hubo varios momentos en que ni mi mente ni vista estuvieron en el libro, alzando esta cautelosamente solo para verle tratando de pasar las páginas durante toda la tarde.
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Goodbyes [Starlight 0.5]
Fiksi PenggemarFragmentos a un chico idiota que trató de salvarme. Mensajes de Rebecca antes de lo ocurrido en Starlight. Portada bella por mi bebita Candies <3