Capítulo 14

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Me estoy alistando para ir al aeropuerto. Brent me compró unas maletas ya que, la que yo tenía se rompió cuando llegué. Y que cara fue la maleta, me da dio con etiqueta y decía $2683 y solo una de ellas. Algo descabellado para una maleta.

- ¿Preciosa, ya estas lista?- dice Brent entrando a mi habitación

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- ¿Preciosa, ya estas lista?- dice Brent entrando a mi habitación.

- Si, solo que no encuentro mi otro zapato.- digo sin mirarlo. Llevo buscando 10 minutos ese bendito zapato.

- April.

- Dime- hablo y lo miro.

- Ahí está.- dice señalando mi cama y yo me río tontamente.

Ohhh ¿cómo llegó eso ahí?

- ¿Estas bien, preciosa?- habló Brent otra vez y acunó mi rostro entre sus manos.

- Si, solo estoy nerviosa. Ya sabes, es la primera vez que viajo en avión, ya pasará.

- ¿Nunca has viajado en avión?

- Bueno he ido en bus, carro y metro, más nunca en avión. Tu sabes que mi mamá no tenía mucho dinero, yo estaba enfrascada en mis estudios y pues mi vida social era casi nula.

- Me alegra saber que tu primera vez va a ser conmigo.

- A mi también me alegra.- dije y vi como se aguantaba las ganas de reír, entonces volví a procesar su comentario y me sonrojo al entender el doble sentido.

- ¡Es un idiota! Sabes que no me refiero a eso.- hablo soltandome de su agarre y toco mi cara para tratar de aliviar el calor mientras Brent se ríe incontrolablemente.

- Lo sé, preciosa. Pero es muy divertido molestarte.- dice cuando se calma.

- Yo no lo veo tan divertido. Ya vámonos.- digo mi cartera.
Me he resignado a tratar de devolver sus regalos, siempre termina convenciéndome de una forma u otra.

- No te molestes conmigo, preciosa. No lo hice a propósito.-me dice con una sonrisa la cual quiero quitar con un golpe.

- Si, claro.- respondo irónica y cojo mis maletas para salir de la casa. Espero a que Brent salga para que abra la puertas puertas de su Ashton Martín blanco.

- ¿Ya te dije lo hermosa que te ves hoy?- habló Brent acercándose para abrazarme por la cintura.

- No- dije y correspondí a su abrazo.

- Bueno, te vez hermosa.- dijo para luego besarme- vamos, tenemos que ir al aeropuerto.

Subimos al auto y manejó al aeropuerto. Vi por el espejo que los guardaespaldas de Brent nos seguían.

- ¿Brent puedo hacerte una pregunta? Aparte de esta, claro.

- La que quieras, preciosa- me respondió.

- ¿Por qué tienes tanta seguridad? Es que tu tienes un guardaespalda pero me di cuenta ayer que hay dos gigantes que me siguen de lejos y a ellos los he visto en la casa.
No me dijiste que tenía guardaespaldas, Brent.- dije y lo miré enarcando una ceja.

Tu Lugar Es A Mí LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora