Life with MagCon boys

CAPÍTULO 2

Capítulo 2

Abrió un hombre de unos 60 años, calvo, de estatura media, que parecía estar agotado de dar clase a pesar de ser el primer día.

-Buenos días, soy la alumna nueva...

-Pasa-me interrumpió-. Siéntate en algún hueco libre.

Atravesé el umbral de la puerta y eché un vistazo rápido por la clase. Era muy amplia, con mesas en fila agrupadas de dos en dos. Todos los alumnos me miraban, lo cual traté de ignorar para no ponerme nerviosa.

Localicé un asiento libre al final de la clase, junto al de un chico de pelo largo y negro que le tapaba media cara, de tez blanca y rostro apagado y alargado.

"Genial" pensé, "me toca compartir pupitre con un emo con el que claramente nadie quiere sentarse".

Ni me molesté en preguntarle su nombre por miedo a recibir una respuesta extraña. Simplemente, pasé la hora mirando por la ventana que por suerte estaba a mi lado.

La clase de Biología y la siguiente, Matemáticas, se pasaron rápidamente debido a mi entretenemiento en hacer dibujutos en mis cuadernos.

Al fin, el timbre sonó y todos salimos disparados fuera de la clase. Busqué mi taquilla, cuya llave me había dado la chica de Secretaría y dejé ahí los libros que no iba a necesitar en las próximas tres clases.

Di una vuelta por el pasillo con la mirada, rezando por encontrar algún rostro conocido. Lógicamente, de España no iba a haber nadie allí, pero entre la multitud pude localizar a Nash, el chico de ojos azules y pelo oscuro. El también me divisó entre las cabezas de los otros chicos y me saludó con un gesto. Me acerqué a donde él estaba, acompañado de dos chicos. Uno era una copia exacta de Justin Bieber, pero sin pendientes. Y el otro tenía el pelo oscuro, unos ojos tiernos de color chocolate que parecían sonreir sin que la boca lo hiciera y una boca perfecta con labios carnosos y dientes alineados.

-Hola Lucía, estos son Matthew y Cameron-nos presentó Nash. Matthew era el que se parecía a Justin y Cameron, el otro.

Les sonreí y les di la mano.

-Yo hablo español, tengo familiares latinos. Así que podemos hablar de estos dos sin que se enteren de lo que decimos-dijo Matthew en español.

-Perfecto, me parece genial-reí.

-¡Sí!-exclamó Cameron en español.

Los tres reímos.

-¿Acaso sabes lo que significa "sí"?-le preguntó Nash.

-Claro, significa "yes".

Matthew le aplaudió, a lo que Cameron respondió con una sonrisa orgullosa.

Durante el resto del recreo, los tres chicos me interrogaron sobre cómo era mi vida en España, dónde había aprendido inglés, etc.

Cuando sonó el timbre, acordamos vernos en el almuerzo y cada uno se marchó a su clase. La siguiente clase la tenía con Matthew; Español. Sería, obviamente, nuestra hora de relax.

Nos sentamos juntos en última fila, donde la profesora mexicana no nos regañaría por pasar la clase charlando.

Matthew me contó que se había mudado a California cuando tenía 5 años y que, desde entonces, Nash, Cam y él eran mejores amigos. Su acento latino era un poco distinto del mío, español, pero nos entendíamos perfectamente.

La hora se pasó rápida. Y las dos siguientes también lo hicieron, Geografía y Música. En Música descubrí que Cameron estaba en mi clase, por lo que nos sentamos juntos en última fila, de nuevo.

Era un chico muy agradable; el típico que le cae bien a todo el mundo y, por lo que pude ver más adelante, muy popular en el colegio. No me extrañaba, era muy guapo. Todo lo que decía eran bromas, a las que yo reía de buena gana. El profesor tuvo que llamarnos la atención unas cuantas veces.

En cuanto terminó la clase nos dirigimos juntos a la cafetería, en la que me senté con él y sus amigos. En nuestra mesa había más chicos que pertenecían al grupo de Cam, Nash y Matt. La atención estuvo dirigida hacia mí con todo tipo de preguntas, y yo era una chica más bien tímida, pero me sentí bastante cómoda hablando con los chicos.