Luz y oscuridad [All Might x Eraserhead]

Me gustas.

Al día siguiente fui a mi salón, todo iba bien hasta que abrí la puerta, todos me miraban con una expresión de horror, pero no decían nada, decidí ignorarlo y me dirigí a mi lugar como siempre.

—Oye viejo —dijo el chico a mi lado.

Solo lo mire, estaba viendo a los del salón que no dejaban de mirarme.

—¿Sabes por qué todos te ven así? —pregunto susurrando.

—No y no me importa —respondí, cubriéndome el rostro con la bufanda que llevaba.

—¡Que frío! —grito, llamando más la atención —Bueno, de todos modos te voy a decir... —parecía que esperaba una respuesta de mi parte, pero como no dije nada continuo —Es por el chico de ayer.

Bueno, ya me lo imaginaba, los del curso general nunca ven bien a los del curso de héroes, son como nuestros enemigos a muerte, y que de repente llegue un chico popular del curso de héroes a buscar a uno del curso general, era obvio que no me verían bien, ya lo sabía.

Por suerte unos momentos después llego el profesor que nos daría clase, dejando mi horrible presencia a un lado.

Para cuando llego la hora del almuerzo decidí ir a verlo, sabía que era como sacrificar mi orgullo, pero pensándolo más tranquilamente, los del curso de héroes no nos toman en cuenta, o por lo menos, ni siquiera nos conocen.

Al pararme de mi pupitre el chico que está a mi lado me detuvo agarrándome de mi muñeca.

—¿A dónde vas?

—Por ahí —dije, soltándome de su mano, cuando salí del salón me alcanzó.

—Oye... —miro por todos lados para asegurarse que nadie nos escuchara —yo no tengo nada en contra de tu amistad con ese chico, pero... no es algo que se vea todos los días.

—Lo sé —dije, esperando que me rechaza o me insultara.

—Pero a mí me tiene curioso —dijo, frotando sus puños en el aire, lo mire un poco sorprendido —Quiero saber cómo se conocieron.

—No fue nada especial —explique —me encontró en el salón donde me estaba cambiando después de física.

—¡¿Te vio desnudo?! —grito, poniendo sus manos en su cabeza.

—¡No! Shhh —respondí, cubriendo su boca con mis manos —solo me vio sin polera.

—Ah —dijo, soltando aire —pensé que había visto algo que ni yo he visto —dijo, con una sonrisa.

—Y que jamás veras —dije serio.

Después de contarle lo que había pasado me dejo ir, no estaba seguro si lo encontraría en su salón, tal vez estaba en la cafetería almorzando, aunque, si quiere escapar de las personas que lo persiguen, como aquella vez, lo más seguro es que se encuentre en el salón.

Mi dirigí apresurando un poco más de lo normal mi paso hasta llegar a aquel salón que nadie ocupaba, cuando llegué la puerta estaba cerrada por dentro, toqué un par de veces, pero no obtuve respuesta.

—¿Ya... Yagi? —dije, casi en un susurro.

Era la primera vez que llamaba a alguien por su nombre, pero no me quedaba de otra, creo que no me dijo su nombre completo con ese propósito, bastardo.

Escuché como se quitó el seguro y abrí la puerta violentamente, sorprendiendo al chico popular que se encontraba dentro, lo empujé y me metí, cerrando la puerta, de lo cual me arrepentiría unos segundos después, pues, todo estaba tan oscuro que no podía ver nada.

Toqué la pared intentando hallar el interruptor, pero sentí una mano que me detenía, seguido de unos brazos rodeándome y una calidez que abrumaba.

—¿Qué esta-

No termine de preguntar, pues, me tomo rápidamente de la nuca, besándome, cerré los ojos, pero no sabía qué hacer,intente apartarlo de mí, pero era en vano, era demasiado fuerte, termine cediendo ante él, correspondí el beso, haciéndolo cada vez más largo y placentero.

—No enciendas la luz —dijo al separar nuestros labios, pero seguía abrazándome.

No sabía que tenía, que estaba pasando ni porque me había besado, no entendía nada, ni siquiera a mi mismo, por corresponder el beso de un chico, o por abrazarlo nuevamente, pasando mi mano por su cabello, intentando consolarlo.

—Lo siento —susurro.

—¿Por qué? ¿Qué te pasa?     

Se separo un poco de mi, me estaba acostumbrando cada vez más a la oscuridad, podía ver su mirada clavada en la mía haciendo que mi corazón se acelerara cada vez más.

 Termine sentado recargado en la pared y con su cabeza en mi regazo, desenredaba su cabello rubio mientras él solo respiraba profundamente, hasta que decidió hablar.

—Me gusta... Shouta-kun —dijo de repente.

—¿Qué dices? —sentí como mi cara enrojecía.

Se levanto, mirándome de nuevo, cubrí parte de mi rostro con mi bufanda, pero tomo mi mano, se acerco a mi, pero gire mi rostro.

—Debe ser... asqueroso para ti... Lo siento —bajo la mirada y soltó mi mano.

—N-no —no sabia que decirle, mi mente estaba en blanco.

Se levanto y salio del salón, dejándome solo en la oscuridad.