Intromición

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—Creo que lo encontramos.

—¿Cree?—pregunte, aún sin avanzar.

—Si, aún el equipo de rastreo esta trabajando para hallar la ubicación exacta de lo que sea que este detrás de todo esto—me explico.

—Ya veo—dije con calma, pero en realidad me sentía intranquilo.

—Necesito que Toshi este donde se supone que este —dijo, mirándome.

—Acabo de dejarlo en su casa, no creo que se mueva de ahí —dije, señalando la dirección de donde venia.

—Necesito que lo asegures —repitio, con una voz escalofriante.

—Bien, pero es lo último que hago por ti, no es como si fueras mi gefa —dije, mientras caminaba en dirección a mi casa.

Entre y subí, todo esta a oscuro, dupose que mis padres estaban durmiendo, tome un cambio de ropa y lo metí en una mochila, después escribí una nota diciendo que estaría en casa de un amigo, solo por si llegaban a entrar a mi cuarto.

Salí lo mas silencioso que pude de mi casa, cuando mire ambos lados de la calle ya no había nadie, sabía que podía regresar a mi casa ahora, que podía hacer como si la conversación que tuve no paso, pero si Yagi se enteraba de algo que no debería, creí que el que moriría soy yo.

Salí y camine hasta su casa, como lo esperaba ya no había ni un alma en las calles y ahora solo me quedaba cumplir las ordenes de Shimura Nana.

Abrí la pequeña reja de la casa y me escabullí por el jardín hasta la parte trasera, todo estaba apagado, pero tenía que decidir que hacer.

Opte por ver si una de las ventanas estaba abierta, al acercarme pude ver que una ventana pequeña estaba un poco abierta, la abrí lo más despacio que pude y me metí, dejando mi mochila en el jardín.

Estaba en la cocina de una casa que no era mía, y caí en cuenta que estaba cometiendo un delito, valiente héroe que soy...

—¿Quién esta ahí? —escuche a lo lejos.

Mi corazón se acelero en un segundo, creí escuchar la voz de Yagi, y un momento después las luces se encendieron.

Yagi estaba parado frente a mi con solo un pantalón olgado, no sabia que hacer, debí quedarme en casa, debí ignorar a Shimura-san y ir a dormir.

—Shouta... —dijo Yagi, sorprendido.

—Yo... No podía dormir —agache mi cabeza en señal de disculpas.
  
—Oh... —bufo.

Él no sabía que estaba pasando y en mi defensa yo tampoco sabía, se supone que soll tenia que vigilarlo pero ahora estoy frente a él sin saber que hacer.

—Me iré, perdón por la intromición —dije volteandome, con la intención de salir por la ventana.

—¡No! —grito, haciendo que mi cuerpo se petrificara —quedate, tu campañia me hará bien...

Voltee a verlo lentamente, su expresión era neutra, algo triste para alguien como él.

—Bien —dije, acercandome más a él.

Me quede parado frente a él, no pude evitar ver su abdomen, ver las cicatrices que se habían formado por las peleas en el festival.

—Puedes tocarlas si quieres —me dijo, sacandome de mis pensamientos.

De nuevo me fije en su expresión, normalmente rechazaría esa oferta y le diría que es un pervertido o algo así, pero hoy estoy descubriendo a un Yagi triste, uno que dice seriamente cada palabra que sale de su boca.

Me acerque despacio hasta quedar frente a él, tome una bocanda de aire y apenas si toque con mis dedos su cicatriz, era un poco grande y la piel en ese lugar se sentía extraña.

Repentinamente sentí su mano tomar mi muñeca, sentí como si hubiera caído en una trampa.

—Dejame abrazarte esta noche, por favor —me dijo en un susurro.

Pase saliva e intente calmarme, mi corazón seguía latiendo a un ritmo anormal y eso parecía producir que mis acciones fueran tontas y improvisadas.

A pesar de eso, asisti con la cabeza y espere a que ver el destino que me deparaba en manos de este hermoso montruo.

Yagi me llevo del brazo hasta las escaleras, subimos despacio y me llevo hasta su habitación, solo hasta que cerro la puerta me soltó.

—Sientate —dijo, señalando su cama.

Hice lo que me pidió, me quede ahí en silencio mientras lo veía buscar entre su armario.

—Solo tengo esto, esperó que no te incomode usarlo —me extenidío una playera enorme y blanca.

Era lo más distinto que había visto a ropa para cama, pero era esto o dormir con la ropa que traía puesta.

Puse la playera en la cama y me quita la que traía, me puse la que Yagi me dio y después me quite los pantalones, asegurándome que no se viera nada, aunque en el tiempo que me cambie Yagi estaba viendo por la ventana, parecía pensar en algo.

—Yo solo quería decir que jamás haré algo que no quieras —dijo y se metió a su cama, dejando un espacio para mi.

Sin pensar mucho en eso último, me sente y acosté de lado, dándole la espalda, casi de inmediato sentí su brazo rodeando mi cintura y su respiración en mi nuca.

No quería que mis emociones me ganaran, quería estar relajado, pero el sentir a Yagi en mi espalda hacia que esa tarea fuera la más dificil en ese momento.

—Yagi... ¿Tu me querrerias aunque me equivocara? —le pregunte en un susurro.

—Todos nos equivocamos... Y además tu estás aquí por mi, eso me hace amarte.

Amarme... No sabe lo que dice, no me ama, no quiero que me ame por esa razón, quiero que me quieras sin importar que pase.

Gire mi cuerpo quedando cara a cara, uní mi frente con la suya.

—Gracias —dije, tratando de pensar solo en los sentimiento que tiene por mi.

—Dime que me quieres —dijo en una petición.

—Te quiero —senti como un nudo se formaba en mi garganta.

Sentí que me apretaba más de ni cintura y casi de inmediato me beso, yo lo correspondi, creí saber lo que estaba haciendo, pero Toshinori me dejaba en claro que no era así con ese beso, ese beso que me provocaba dejarme llevar.

Quería más, quería sentir más de él, sin separarme de él me acerque, quería tocarlo y que me tocara, necesitaba saber a Toshinori más de lo que él a mi y no me importó que lo supiera.

Luz y oscuridad [All Might x Eraserhead]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora