El Oso que quería ser Ratón

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En un bosque frondoso, con árboles milenarios, habitaban mapaches y conejos, y ciervos, y serpientes, y aves, y un oso. Era un Oso grande, tan grande como los árboles, y a su paso, todos le temían, incluso, más que a los cazadores furtivos, que aniquilaban el bosque. El Oso, no tenía amigos, porque todos le temían.

Una tarde, el Oso estaba frente a un estanque, y en él, se reflejaba y observaba, y para su mala suerte, hasta los peces huían. Y entonces recordó, que cuando era un osezno, era tan pequeño y diminuto como una musaraña, y nadie le temía. Por lo que, decidió disfrazarse de ratón, esperanzado que así, nadie huiría de él, pero estaba muy equivocado.

Porque, en cuanto salió de su cueva, vestido de ratón, el caos en el bosque comenzó. No importaba la piel que llevase, todos le temían, y ahora, aún más, pues a nadie le agradaba los ratones gigantes.

Al pueblo humano, donde vivían las cazadores, llegó el rumor que en el bosque habitaba el Rey Rata, que era del tamaño de una montaña, y que estaba formando un ejército de alimañas, trayendo pestes y plagas. Y decidieron ir por él.

El desolado Oso, lloró y lloró, y entonces apareció un cuervo, que se posó en la copa de un árbol.

– ¿Es que acaso nadie te a dicho, que a nadie le agradan los ratones? –preguntó el ave de plumas negras.

– Pero son pequeños, nadie les teme –dijo el triste Oso.

– ¿Quien te a dicho eso? –preguntó el cuervo.

– Yo era pequeño en un inicio, tan pequeño como un ratón, y nadie me temía –lloraba el Oso.

– Pero tú eres un Oso, y eso nadie lo puede cambiar –dijo el cuervo –ni siquiera la piel que lleves encima.

El Oso entonces se quitó el disfraz de ratón, y decidió enfrentar a las cazadores, que habían empezado a cazar y a quemar el bosque. El Oso rugió y asustó a los hombres en cuanto lo vieron, y ellos huyeron, y nunca más volvieron a pisar el bosque.

Los animales entendieron que el Oso, no era malo, ni agresivo. Ahora no le temían, pues él los había defendido. Fueron sus amigos y el Oso nunca más estuvo solo. Y vivieron felices en el bosque.


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Cuentos con Magia, para niños que aún creen en fábulasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora