I'll Love You Till The End

Capítulo 16

Tengo un ataque de risa.
Al principio pensé que sería una mala idea pero Ash tuvo razón. Hacer una vídeo llamada entre él, Violet y yo es súper divertido.

— Los tenías que haber visto. Empezaron a bailar como si tuvieran ardillas en los pantalones —dice Ash mientras imita a nuestros padres bailando.

Me río aún más si eso es posible.

Ayer fuimos a una fiesta mayor de uno de los pueblos de por aquí. Tomamos unas cervezas, hablamos con conocidos del pueblo y
bailamos. Un montón. Vamos, que pasamos un buen rato.

...

Después de terminar la video llamada con Violet, me siento aún más animada.

Estos días han sido los mejores de mi vida y juntamente con Zack, me han hecho darme cuenta de que aún soy muy joven y me tengo que divertir sin importarme la opinión de los demás –o al menos de los que no me conocen–. Por primera vez, puedo distinguir el que es tener un primer amor, y el amor verdadero. Son dos tipos diferentes de amor. Similares, pero a la vez muy diferentes.

Las múltiples citas que he tenido con él, me han hecho enamorarme cada día un poquito más.

Recuerdo ese día en el que fuimos todos a comer en un restaurante. Todo fue bastante normal por la mañana, pero por la noche fuimos a las afueras del pueblo para celebrar la festividad de Santiago Apóstol ya que lanzaban fuegos artificiales. En resumen, que lo más importante que recuerdo es estar Zack y yo asentados en el medio de la carretera, mirando al cielo los fuegos artificiales y tomados de la mano. Y cuando volvimos a su casa, antes de entrar y disimulando un poco, nos dimos un beso como de película y yo creo que sentí los fuegos artificiales dentro de mí.

[...]

Estas 3 semanas han pasado volando. Entre mis citas con Zack, las tardes de risa con Ash y el ir y venir de sitios nuevos, han hecho de mí una persona nueva.

— Olivia —me llama por mi nombre Zack—. Como por desgracia mía, mañana te vas, hoy te tengo preparada una sorpresa.

— No tenías porque —digo ilusionada.

—Sí que tenía porque. Eres una chica especial que se merece detalles especiales.

Me acerco a él para darle un beso. Es una ricura de chico.

— Vamos —me dice con una sonrisa. Me coge de la mano y vamos hacia el parque.
— Zack, esto es precioso —digo alumbrada por el arreglo que ha hecho. Hay una mesa redonda con dos sillas. Encima de la mesa está la cesta de picnic y me acuerdo de la primera cita que tuvimos.

Me aleja la silla para que me siente, y él se asienta delante de mí.

Antes de que podamos decir nada, su teléfono suena avisándole de que ha recibido un mensaje.

— ¿Quién es? —le pregunto cuando veo que frunce el ceño.

— Nadie, no te preocupes.
— ¿Seguro? No pareces estar bien.

— Lo estoy —me dice dándome una sonrisa que no le llega a los ojos.

— Zack... Sabes que me puedes decir lo que te pasa, ¿no? Es que desde hace un par de días que te noto extraño cuando recibes un mensaje.

— Tienes razón, tengo que decirte la verdad —dice haciendo una pausa—. Cuando tenía 10 años me enamoré de una chica del pueblo. Y bueno, se tuvo que ir en su cumpleaños. En esa edad el amor no sabes del todo que es pero de alguna manera rompimos y juramos que alguna vez nos volveríamos a ver y estaríamos juntos otra vez.