Capítulo XIX

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Anne

Vamos en camino a su apartamento, silenciosos, cada uno sumido en sus pensamientos, hemos paseado un rato por la ciudad, tomados de la mano, sintiendo el momento

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Vamos en camino a su apartamento, silenciosos, cada uno sumido en sus pensamientos, hemos paseado un rato por la ciudad, tomados de la mano, sintiendo el momento. Al llegar, subimos y cuando entramos, siento su presencia en mi espalda, al voltear, esta recostado de la puerta, observándome, acariciándome con la mirada. Y de forma simultánea, ambos nos unimos en un fuerte abrazo, mientras nos devoramos con ansiedad y pasión.

No sé cómo, ni de qué forma pero de pronto estamos en su habitación, él encima de mí, besándome, recorriendo mi cuerpo con sus fuertes manos, solo dejo que me lleve la pasión, la excitación, la necesidad cruda y vivida de este hombre, besos, suspiros, mordiscos, y sin darnos cuenta estamos desnudos, sin mayores preámbulos esta penetrándome, esta reclamándome, llenándome sin respiro, escucho su gemido ahogado en mi cuello, solo lo sostengo, rodeando su cintura con mis piernas, aferrándome a él, incitándolo a que aumente el ritmo, sin palabras sabe lo que quiero y me lo da, sin miedo ni reserva, fuerte y poderoso, mi clímax está acercándose rápidamente, se que Chris esta igual, deseo que se vierta en mi interior, mordisqueo su oreja y le susurro bajito "ahora Chris... soy tuya..." siento la tensión de su cuerpo, el escalofrío que lo precede, reclama mi boca y con su lengua me hace el amor, al unísono, dejamos de respirar, cayendo en el abismo de la satisfacción, mientras me plena con su semilla que se mezcla con mis fluidos, quedando laxos y sin aliento.

Esta quieto sobre mí, sosteniendo su cuerpo con sus brazos para no aplastarme, nuestras respiraciones agitadas, levanta su cara y acuna mi rostro con sus manos, mientras me mira con sus hermosos ojos café, veo allí el temor, la ansiedad, la conexión que ambos tenemos.

No me dejes nunca más preciosa, es un infierno estar lejos de ti

Chris, lo mismo siento yo — Y acaricio sus brazos y su cara, mientras me observa.

Ven, vamos a ducharnos.

Dejo que me levante, y en sus brazos me lleva hasta el baño, me sienta en el lavamanos mientras ajusta la temperatura de la ducha.

Chris. Tenemos que hablar

Si, preciosa, lo sé. Después de ducharnos, pedimos algo para comer, y conversaremos todos los detalles, ¿está bien?

Si.

Luego de una reconfortante y muy agitada ducha, estamos acomodados en su cama, envueltos en albornoces, comiendo pizza y escuchando música. Pasado el rato, toma los platos y los lleva a la cocina, cuando regresa, se acuesta a mi lado, colocando su cabeza sobre mi regazo.

 Pasado el rato, toma los platos y los lleva a la cocina, cuando regresa, se acuesta a mi lado, colocando su cabeza sobre mi regazo

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