Capitulo XVl

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El peso de Katniss no me molestaba en lo absoluto, pero era complicado tratar de que siguiera durmiendo con mis pisadas tan sonoras. Llevaba bastante tiempo caminando, tratando de recordar el camino.

Katniss se comenzó a mover en mis brazos, buscando mi calor. La acerqué a mi pecho y acaricié su suave cabello castaño.

-Shh...tranquila, ya vamos a llegar.- Le susurré de forma casi inaudible al oído.

Mi suave caricia la hizo calmarse y volvió a dormir plácidamente. Se veía tan dulce, tan frágil, tan perfecta que me daban ganas de no separarme nunca de ella, pero debía hacerlo, era por su bien.

Recordar lo que pasó hace unos días hizo que se me hundiera el corazón. Las probabilidades que habían de que yo la hubiera matado eran altísimas, otro recordatorio de que no debo estar con ella. Recordé esa tarde en que ella me dijo que jamás sería feliz sin mí y sonreí para mis adentros.

"Dejarte ir no implica a que vaya a ser feliz después, por lo contrario, no lo seré, Katniss"

Las lágrimas cayeron por mis mejillas y una de ellas fue a parar a la mejilla de Katniss. Ella lo sintió y abrió lentamente los ojos.

"Demonios, la desperté"

-Peeta, ¿Por...por qué lloras?- Dijo con voz ronca

-No es nada, sólo me entró polvo, tranquila, ahora duerme.- Le mentí

-Cuéntame, algo te pasa.

-Katniss, sólo duérmete.

-¡No me dormiré si tú estás mal, Peeta!- Dijo zafándose de mi agarre

-Katniss estoy bien, en serio, ven, vamos a casa.

-No daré ni un sólo paso más hasta que me digas que te pasa.- Dijo frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.

"Dios, que es terca esta mujer"

-Ya es tarde, volvamos a casa, Annie debe de estar preocupada.

Cuando le nombré a Annie suavizó su expresión y su postura. Luego asintió, se dio media vuelta y siguió caminando adelante mío.

"Touché"

Claro que no se creyó lo del polvo y tampoco se quedaría tranquila, pero no valía la pena seguir con esa discusión.

Unos minutos después llegamos a la pradera. Apuré el paso y quedé junto a ella. Había mucho que hablar, pero ninguno se atrevía.

-Gracias por ir a buscarme.- Dijo finalmente Katniss

-No iba a dejar que murieras sola en pleno bosque.

-Puedo cuidarme sola.

-No parece.- Katniss rodó los ojos y seguimos caminando.

Era plena noche y la luna hacía que los ojos grises de Katniss parecieran de diamante. Había una brisa fresca y Katniss llevaba la manta aún sobre ella, pero se le estaba empezando a caer de los hombros. Me acerqué más y le arreglé la manta con cuidado. Me miró tranquila y esbozó una sonrisa.

-Gracias

-De nada, no quiero que te resfríes.- Dije devolviéndole la sonrisa.

Pronto vimos la reja de la Aldea de los Vencedores. Katniss comenzó a trotar en dirección a la aldea. Yo le fui pisando los talones cuando de repente logré ver a Annie preocupadísima y a Haymitch recién levantado.

-¡Katniss! ¿Dónde te habías metido?- Dijo Annie mientras se acercaba rápidamente a Katniss.

-Tranquila, ya llegué, Peeta me encontró.

Cambiando Página (Katniss & Peeta) [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora