Cap.2 Ellos

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Un par de consejos no estarían nada mal, mucho menos ahora que los necesito tanto. Regreso a casa después de un largo viaje, ya los pies me pesan, la espalda me duele y la cabeza quiere estallar, entro a mi casa la cual está vacía, me dirijo hacía el sótano el cual considero que es mi segunda casa, donde nadie me interrumpe. Entro, la puerta rechina de una manera estruendosa pero que me tranquiliza al instante, bajo las escaleras y ahí están ellos... La señora Kilian, una anciana ya mayor con la cara arrugada como un tapete viejo, una nariz como de un tucán con una verruga en el medio de su nariz, lentes de discoteca como de los años 70 color morados como su vestimenta, un suéter como tela de alfombra, y una falda larga hasta los tobillos, sandalias blancas que ocultan sus dedos y una voz tan grave pero delgada a la vez. También estaba el señor Brais un hombre mayor, con un traje de mayordomo, un bigote algo fino y puntiagudo le brotaba bajo la nariz, alto y delgado. Noah, el niño mas inocente que puede haber pero con un fondo muy tenebroso, siento que es el mas diabólico, enfermo y maniaco que hay de los cuatro, Neferet no estaba en el sótano. Me siento en el suelo mientras ellos caminan a mi alrededor sin decir una palabra

—Quieren sentarse por favor, me están desesperando, ya digan lo que querían decirme hace rato. Les digo algo enfadado y no muy convencido

—Tranquilo muchacho. Dice la señora Kilian —No comas ansias ¿Tan desesperado estás? Esto tiene que ser lo mejor que hagamos.

—Señor Brais ¿has pensado en algo? Si me urge. Le digo pero no me contesta, solo sigue ahí parado sin hacer ningún gesto.

—Yo tengo una idea de introducción, es algo buena, solo para que esa chica sepa lo que le espera, además tengamos prisa, se acerca el viernes trece, nadie cree en eso, así que se llevará el susto de su vida. Dice Noah

Después de varias charlas, todo estaba listo, me pongo mis zapatos color negro, mi pantalón negro, una playera negra y una liga de color azul en mi muñeca derecha, no siempre quiero el negro en mi vida, también me gusta darle un toque de felicidad o alegría

Una Mente EsquizofrénicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora