Capítulo XX

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Los capítulos de hoy están dedicados a la fabulosa, inteligente, divertida, misteriosa y mágico-mística anitaberry, que pasa de los inolvidables 18 a los despampanantes 19.

¡Feliz cumpleaños! Se te quiere mucho, bella :) Eres una amiga espectacular, una persona maravillosa, y serás la mejor médico de nuestro país... Si es que algún día salimos de este desastre (y cuento con que lo hagamos). ¡Ti amo da morire, mi personaje shakespireano favorito! (estoy casi segura de que no se dice así, pero aun no comienzo el curso, así que déjame estar xD)

En fin, no puedo extenderme mucho, jeje. Espero disfruten los capítulos, muchas gracias a todos por leer, también son geniales y mágico-místicos <3

Au revoir!

Love,

Nikky Grey.

Capítulo XX:

Donde se cierran las ventanas y dura la libertad:

Lunes, 4 de marzo de 1996. Día cuatro, 5:20 am (110 horas y 40 minutos para el Juicio Final).

Sara entró después de Angel, y lo encontró observando el vestíbulo con ojos desorbitados, la confusión y la sorpresa visibles en su rostro.

-No lo entiendo, debería... -subió la escalera a toda prisa, con Sara tras él, y llegaron al apartamento para encontrarlo igual de vacío. Desorientado, Angel se dejó caer en una silla, llevándose las manos a la cabeza.

-Quizás no ocurrió -sugirió Sara-. Quizás Fábio vio que te marchabas, asumió que ya estabas bien y se fue a casa.

El muchacho negó con la cabeza sin levantar la mirada.

-Sé que pasó, y no pudo haberse ido.

-Quizás no fue tan grave como creías.

Pero Angel volvió a negar, sus hombros temblando por el llanto. Sara hizo ademán de acercarse a él, cuando los golpes a la puerta llamaron su atención. El muchacho estaba de pie un instante después, corriendo a esta como si se le fuera la vida en ello.

Pero la persona al otro lado no era quien esperaba. Bajó los hombros, su expresión se cayó, y asintió seriamente a la mujer mayor que acababa de llegar.

-Angel, te escuché llegar ¿Estás bien?

-¿Pasa algo, Ruth? -Cortó él, su voz seca e impaciente. Nadie podría haber dicho que había estado llorado.

-De hecho, sí -La mujer parecía algo incomoda, y miró al chico con simpatía-. Cielo, algo le ha pasado a tu amigo. Lo encontré esta madrugada, y vine a decirte pero no estabas. Creí que los habían atacado a los dos...

Angel palideció, apartándose de la puerta, y Sara se apresuró en mover la silla para que cayera en esta y no en el suelo.

-¿Se encuentra bien el chico? -preguntó a Ruth, andando hacia ella mientras el rubio, paralizado, observaba nada en particular.

La mujer lo miró de soslayo antes de mirarla a ella.

-Llamé a una ambulancia, se lo llevaron hará una hora. Parece que se cayó por las escaleras. Estaba inconsciente, sangraba por la cabeza. Creo que se había roto algo...

-¿Sabe a dónde se lo llevaron? -Ruth tardó un momento antes de responder.

-Al Royal, creo. Es el que queda más cerca, así que... -calló, mirando nuevamente al muchacho en shock- ¿Segura que él se encuentra bien?

Leyendas Inmortales II: Mil años másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora