Reencuentro Peligroso

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Hibiki Ryoga estaba perdido como siempre... había caminado en círculos por horas, solo que, no se daba cuenta. Extrañaba a Blanquinegro y le parecía extraño no haberlo visto hace varios días...

Estaba cansado de tanto caminar y vio que estaba oscureciendo. Era mejor armar su tienda y sentarse a descansar. Hacía mucho que no pasaba por el dojo Tendo. Deseaba con todo el corazón volver a ver a Akane, pero sabía que no era el momento apropiado.

Ranma y ella habían "pospuesto" indefinidamente su compromiso. Todo era culpa de Ranma, lógicamente. Ranma había llegado demasiado lejos con Shampoo –por una poción según él- Y Akane los había descubierto. Bajo un encantamiento o sin él aquello le parecía imperdonable y por eso había jurado que no se casaría con Ranma a pesar de amarlo.

El menor de los Saotome había aceptado la decisión. Estaba molesto porque esa niña engreída nunca escuchaba sus explicaciones y estaba harto de que lo culparan por cosas de las que no tenía la culpa. Así, por orgullo Ranma y Akane habían pospuesto su boda y su compromiso hasta que los ánimos se calmaran.

Ryoga estaba feliz por eso... -O al menos eso quería creer-. Si Akane había roto el compromiso por ella misma, significaba que al fin podría prestarle atención, pero no podía dejar de pensar en Ranma. Tal vez lo detestaba, era su rival, siempre se burlaba de él y le coqueteaba sin descaro cuando era una chica, pero lo consideraba un amigo. Imaginaba que ahora debía estar sufriendo mucho. Por ello, era mejor no aparecer como un oportunista... Ya había esperado a Akane todos estos años. No le importaba esperar unos días más.

Se encontraba tranquilo observando su fogata al intemperie cuando una voz le asustó...

- Muchacho ¡Eres tú! ¡Cuánto has crecido! Veo que ahora eres mucho más fuerte – dijo la misteriosa voz. Ryoga frunció el ceño. Él sabía perfectamente de quien se trataba...

- ¡¡USTED!! ¡¡CÓMO SE ATREVE A DIRIGIRME LA PALABRA DESPUÉS DEL DAÑO QUE ME CAUSÓ!! – gritó zarandeándolo de un lado a otro

- Yo solo quería agradecerte por la comida que me diste aquella vez... ¡¡No seas tan malo!! – respondió tratando de calmar la furia de Ryoga

- Esa estúpida marca que me hizo en el estómago me causó muchos problemas y humillaciones – refunfuñó molesto

- Pero te convertiste en un hombre fuerte... -

- Si, pero no me gusta que las cosas se me den tan fáciles. Me gusta derrotar a mis enemigos con mi propia fuerza- dijo Ryoga pero el extraño anciano había desaparecido. Cuando el Hibiki lo encontró con la mirada, este estaba revisando su mochila en busca de comida - ¡¡OIGA QUE CREE QUE ESTÁ HACIENDO!! – gritó dándole un coscorrón

- Tengo mucha hambre... han pasado días desde mi última comida – Ryoga le miró con fastidio. Ya sabía lo que pasaría... ese anciano acabaría con su comida como la última vez, pero no podía dejarlo así. Su consciencia no se lo permitía...

Como predijo el viejo terminó todas sus provisiones.

- Sigues siendo un joven muy generoso – dijo el anciano satisfecho – Debo agradecértelo –

- No es necesario – respondió el Hibiki recordando lo mal que habían salido las cosas la última vez – Debo irme ahora...

- Llevas mucha prisa... ¿Irás a ver a tu novia? – Ryoga se tensó y sonrió torpemente

- No tengo novia – dijo sintiendo lástima por sí mismo mientras intentaba mantener la mueca a la que llamaba sonrisa.

- Ya veo... Eres un hombre muy solitario que busca el amor –

El Hombre más Atractivo del Mundo (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora