Aléjate de Mí

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Ranma observó a Ryoga con detenimiento. Parecía que la carta le había afectado más de lo que esperaba... y comenzó a sospechar

- Oye no me digas que ya besaste a alguien – El Hibiki se tensó. No podía decirle a Ranma la verdad, eso sería demasiado perturbador para ambos.

- Claro que no idiota, sabes que yo no... - Ranma puso una sonrisa burlona en su rostro y Ryoga comenzó a enfadarse.

- Es que ¿aún no has besado a nadie? ¿es eso? Uhh si, es eso, es eso... ¡¡No has besado a nadie!! – gritaba el pelinegro en una fastidiosa cancioncita que Ryoga no toleró más.

- ¡¡QUIERES CALLARTE!! – le dijo dándole un potente coscorrón. Ranma se levantó de inmediato con un chichón en la cabeza.

- Pues si no has besado a nadie será difícil encontrar a la chica que está destinada a ser tu esposa. Supongo que todo dependerá de ellas... aunque ya me di cuenta de que esa marca las vuelve muy osadas – decía el Saotome en un monólogo.

- ¿Y qué sucede si la chica que el destino escogió para mí no me gusta? – preguntó Ryoga preocupado. Técnicamente ya sabía que era Ranma-chan la que se había escogido para él. Solo debía confirmarlo... por eso era bueno saber que pensaba su contraparte.

- La carta decía que solo se sentirán atraídas por ti las chicas que encuentres lindas. Tarde o temprano te empezará a gustar, eso es obvio. Y ya deberías dejar de preocuparte... Creo que esta es la única forma de que alguien tan tímido como tú finalmente encuentre esposa – respondió despreocupado.

"Tal vez Ranma solo estaba burlándose de mí y quizá solo fingió después del primer beso. Es imposible que otro chico esté destinado a ser mi esposa" – pensó recobrando por fin el ánimo.

- No creo ser capaz de besar a tantas chicas – soltó sonrojado

- Quizá tengamos suerte y la sea la primera – respondió Ranma sin saber cuan ciertas eran sus palabras – Será mejor que vayamos a casa... aquí puede que te encuentren tus "admiradoras" – dijo con un aire burlón

- Pero tú... - "Ya no vives con los Tendo" iba a decir, pero midió sus palabras. Eso podía lastimar a Ranma y él no quería que eso pasara. Se quedó en silencio.

- Ahora vivo con mi madre y mi padre en nuestra casa... aunque mi papá siempre está metido en ese estúpido dojo – soltó molesto. Aún le irritaba lo mal que lo trataron en ese lugar.

- Mejor vamos a la mía – dijo el Hibiki

- ¿Tienes idea de lo lejos que está? Ah, claro... alguien que camina tanto como tú no lo visualiza... pero si insistes

Ryoga desarmó su tienda y apagó la fogata. Estaba oscuro y le costaba un poco, pero terminó más rápido de lo que se imaginaba. Ranma solo lo miraba en silencio.

A veces sentía lástima de él y se esa vida tan solitaria que llevaba. La maldición Hibiki de la mala orientación siempre le haría perderse y probablemente terminaría igual que sus padres que se veían una vez al año, si tenían suerte. Pobre de la chica que se casara con él. Si no lo acompañaba en sus viajes terminaría muy sola... y Ryoga de seguro engañado.

- Estoy listo – dijo el Hibiki colocándose su pesada mochila. Solo quería llegar a su casa y tener un poco de tranquilidad. Además extrañaba a Blanquinegro y estaba seguro de que su perrito estaba en casa.

Avanzaron sin mayor prisa. Era obvio que Ryoga estaba nervioso... pero Ranma no entendía muy bien el por qué. De todos modos no iba a preguntarle. Ese cerdo idiota era demasiado emocional y lo irritaba su sentimentalismo.

El Hombre más Atractivo del Mundo (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora