Recién Casados

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Ranma tragó saliva nerviosa... Hinako siempre era alguien difícil de derrotar, solo había una manera de terminar con todos los problemas...

- Ryoga, ve con ella y bésala... - ordenó tratando de que la mujer no absorviera su energía. El Hibiki le miró sonrojado

- ¡¡¡¡Ya no quiero seguir besando a desconocidas!! - gruñó esquivando los ataques de Hinako también

- ¡¡¡Si no quieres terminar muerto solo hazlo idiota!!!

Ryoga frunció el ceño y saltó hasta el lugar donde se encontraba la maestra. Rápidamente ella se acercó a él distraída por la marca. El Hibiki la miró con nerviosismo mientras se acercaba...

- Esa zorra... - susurró la pelirroja sin pensar muy bien lo que decía. Estaba abajo observando todo lo que sucedía de brazos cruzados. Se sentía molesta, incómoda y triste al ver eso, y no sabía la razón.

- Hermosa señorita... quisiera tener el honor de darle un beso - dijo Ryoga a Hinako besándole la mano.

La atractiva mujer soltó una risita divertida, mientras Ranma le asesinaba con los ojos. Controlar los celos no era su fuerte...

- Te daré todos los besos que quieras, pero cuando estemos a solas - respondió y en eso dejó inmóvil a Ryoga y atacó a Ranma dejándola inconciente en aquel callejón.

..............

Cuando la pelirroja despertó, se sentía débil, con un fuerte dolor de cabeza y sin saber muy bien qué había sucedido.

De pronto lo recordó...

- ¡¡RYOGA!! - gritó mirando hacia todos lados sin encontrarlo - Maldita sea otra loca secuestró a mi.... - se quedó callada de golpe.

Le sorprendió haber pensado eso. No quería admitirlo, pero detestaba la idea de que esa mujer estuviera seduciendo a Ryoga en su casa y haciendo con él lo que quisiera. No, eso no iba a suceder mientras ella estuviera viva...

Recordaba de milagro donde vivía esa maldita y seductora mujer. El apartamento de Hinako estaba en un edificio muy alto.

Sin pensarlo mucho Ranma comenzó a subir mirando por cada balcón buscando al idiota de Ryoga...

Vio cosas bastante perturbadoras en varios pisos hasta que por fin halló el apartamento de Hinako, estaba en el piso diez.

Mientras colgaba afirmada del balcón, se le ocurrió mirar a abajo... mala idea. No había visto lo alto que estaba. Sus manos empezaron a sudar y se sintió débil, no podía seguir más allí. Sin medir mucho las consecuencias, entró a hurtadillas al apartamento de esa mujer...

Sigilosamente avanzó dentro del lugar occidentalmente decorado y buscó algún indicio de esos dos, hasta que finalmente escucho algunos ruidos desde la habitación.

- Le pido que antes de cualquier cosa me bese... no deberíamos prescipitarnos a algo tan... yo... - De la nada el Hibiki se calló

- Arggh esa zorra - gruñó Ranma y abrió de un portazo. Cuando lo hizo vio el panorama frente a sus ojos.

Ryoga estaba inmóvil, a medio vestir y con Hinako a punto de estar sobre él mientras vestía ropa interior sensual. En su cara se veía el miedo. Ryoga podía tener ideas pervertidas de vez en cuando, pero en el fondo era muy ingenuo y aquello era demasiado para él...

- ¡¡¡Ya fue suficiente!!! - gruñó mientras les arrojaba agua fría a ambos. De inmediato el Hibiki se transformó en cerdito e Hinako corrió molesta a buscar una toalla y a arreglar el maquillaje que Ranma había arruinado...

El Hombre más Atractivo del Mundo (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora