Un disparo acompañado de silencio, logra que tanto Kotetsu como Antonio firmen un acuerdo de miradas para dejar por un momento la pelea a un lado.
Corren presurosos para encontrar a Yuri, sosteniendo una pistola con la mano, apuntando frente a si a Barnaby, quien en el suelo mantenía la mirada en los ojos de su contrincante. Sobre la cabeza del Uno está la marca del disparo, el arma de Yuri sigue aún caliente y el humo sube hasta el techo entre delgados surcos.
Ha fallado el disparo a propósito, vacilando por varios segundos después de afirmar sus declaraciones en voz alta, su corazón había gritado "¡Dispara!", pero su mente susurró "Él lo ama". Yuri miró con temor hacia el lugar donde Kotetsu observaba sin moverse.
Yuri, al verse descubierto su rostro tomó una coloración carmesí sintiéndose avergonzado por sus acciones.
– ¡No!, no quise hacerlo –gritó con lágrimas amenazando a deslizarse por la tensión de su rostro.
El Nidve no le respondió a su ayudante, no le habló, no le dirigió ni una sola mirada. Ignorando a todos los presentes Kotetsu caminó para ayudar a Barnaby a levantarse, que seguía con los ojos sobre el chico armado.
–Kotetsu, de verdad, lo lamento tanto –su voz temblaba. Trató de sujetarle para evitar que se fuera con el chico rubio, pero ver que este se crispaba al oír su voz, retrocedió sin tocarlo. Nervioso, trató de ocultar su rostro entre sus manos, soltando la pistola y tomando un lugar junto a ella en el suelo. Sin lograr contener las lágrimas por más tiempo–. Yo, te amo –susurró entre sollozos. Nadie le escuchó y quien le escuchó, no le entendió. Por fin había logrado decir sus sentimientos en voz alta y todo fue en vano.
Mientras tanto, Antonio contuvo la respiración y decidió que era mejor observar la escena desde lejos, después de pensarlo por un momento, creyó prudente dejar marchar a la pareja sin mediar más palabras.
Y así quedaron ellos dos, Yuri y Antonio, detrás de todo, solos y abandonados. Sin que nadie les dirigiera una sola mirada.
*****
– ¿Kotetsu? –dudó el rubio mientras caminaba ayudado de los brazos del distante servidor de Nidvemis; recibió una mirada de cambiantes sentimientos–. Tú ¿estás bien? –se sentía incómodo, incapaz de interpretar sus sentimientos.
Con su respuesta la mirada del Nidve se dirigió al final de su camino.
–Ahora sí.
– ¿Es normal que aquí todos quieran matarme? ¿O tengan algún plan para jugar conmigo? –después de dudar sobre cómo reaccionar, trato de hablar en broma, pero no logró reír.
–En teoría, pudo haber sido peor –masculló, lejos de sonar tranquilizador arrastraba molestia entre líneas.
–No puedo imaginar cómo –con un movimiento corto alejo la ayuda para caminar por sí solo–. Todo ha sido una completa locura –después de caminar unos cuantos metros solo, notó que Kotetsu no seguía a su lado. Se giró para encontrarlo mirando al suelo.
–Lo siento, por todo esto –detrás de él no podía sostenerle la mirada–. Por no haber llegado antes, por no evitar que Yuri intentara dispararte, por dejar que Ryan se apoderara de ti con tanta facilidad, por no poder protegerte... en general –enumeró.
–N–no necesitas disculparte –sonrió mientras regresaba a su lado–. Estoy bien ahora q–que estas aquí –intentó acercarse más a él, quedando frente a frente, mirándose de nuevo–. A mi lado.
–Eres lo único que me importa y no pude hacer nada por ti en todo este escenario...
–No hables así.
–Lo siento –un abrazo despejó las dudas de la oscurecida mente del mayor.
– ¿Crees que en mi mundo un día se logre tener la naturaleza en perfecto balance? –ese fue su intento por desviar la atención a algo sin sentido.
–No lo sé, no lo sé –ocultó su rostro en su hombro, rodeando con fuerza su cintura–. Nos iremos pronto y todo esto te dejará de importar –susurró.
– ¡No pueden irse! –una voz agitada les sorprendió desde el final del pasillo y de un momento a otro tenían a esa persona sobre ellos, sin dar tiempo a que ninguno reaccionara.
– ¡Ryan! –gritó alguien más atrás. Era Esven que corría detrás de su imposible pareja–. ¡Ryan! –llamó de nuevo mientras recuperaba su carrera respirando con dificultad–. Compórtate por favor, no tienes diez años para correr de esa manera.
–Pero no pueden irse... –justificación del asalto volador que había ejecutado.
–Puedes explicarles de otra forma, no saltando sobre ellos.
–No me arrepiento de nada –eso era lo mejor.
– ¿De qué hablas, Esven? –Kotetsu había dejado de lado a Ryan con Barnaby, que se sentía fuera de contexto y buscando respuestas por su extraña aparición.
–Ah, sí –jadeaba ligeramente–. Creemos que es prudente hacer una ceremonia de una vez por todas, así no habrán más problemas para ambos...
– ¡Te quedaras aquí para siempre! –Sonriendo, Ryan seguía pegado a Barnaby, abrazándolo y sin esforzarse por dejarlo respirar–. ¿Qué mejor ocasión que esta?, se evitarán el doble viaje.
–No creo que él esté completamente seguro –Kotetsu miró a Barnaby con profunda abnegación, entre los brazos de quien antes le había hecho pasar un muy mal rato.
–Tranquilo Kaburagi –la pareja se miró cómplice–, nosotros nos encargamos.
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Mucho amor para todas y nos vemos espero yo que pronto .-., porque el fin se acerca :v(?
Pd: ¿A qué son hermosos?
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Nidvemis [Tiger&Bunny] (AU) [YAOI]
FanfictionBarnaby es un guardia de seguridad en un enorme edificio, pero termina solo en una fecha tan importante como lo es Navidad. Tiene un trabajo normal como cualquier otro, ¿cómo podría este conducirle a un mundo completamente desconocido? Está aco...