Seguía a oscuras y eso me preocupaba, pues ya había pasado mucho rato. De pronto escuché una risa y entonces todo se iluminó.
–Tranquilo, solo iba a encender la luz –declaró mientras regresaba a mi lado. Por primera vez conocía su sonrisa.
Me tragué el miedo y todo lo que había sentido antes, de improvisto este fue sustituido por vergüenza. Todo mi rostro estaba rojo.
– ¡Eres un idiota! ¡¿Sabías?! –grité tratando de hacer desaparecer el miedo que había sentido.
–Ja, ja, ja. No, nunca nadie me lo habían dicho –me dirigió una mirada divertida, para luego cambiarla a una que parecía querer destruirme. Volvió a acercarse a mí, arrodillándose a mi altura en el suelo. Me hizo sentir desarmado y vulnerable–. Entonces, ¿soy un idiota? –preguntó en tono serio.
–E–eh... –tragué fuerte, sus manos recorrieron la cadena de mi cuello, evitando que retrocediera, en ningún momento la había soltado–. Solo estaba bromeando –dije en un susurro.
– ¿Y bien? –parecía molesto.
– ¿Qué? –dije confundido.
– ¿Te vas a quedar ahí toda la noche o vas a pasar? –sus ojos volvieron a mostrar aquella chispa infantil.
–Eres, eres realmente malvado –mis manos reposaron en sus hombros sintiéndome más relajado. ¡Seguía con vida!
–Oh, eso sí me lo dicen a menudo –sonrió de nuevo, su sonrisa era realmente grandiosa. Me levantó del suelo. Sus manos sujetaban mis caderas, tocándome como si nos conociéramos de toda la vida. Sin embargo había cosas que eran de vital importancia para mí en este momento.
–Dijiste que esperara para hacer mis preguntas –dije–, además de que me recompensarías. ¿Aún tengo que esperar?
–No, tienes razón, lo prometí –se separó un poco de mi para caminar por la casa–. Pero primero prepararé algo para pasar el rato, puedes esperar en la estancia de visitas, no te alejes tanto –advirtiendo–. Y que la cadena no se tense.
–Está bien –contesté. Sin terminar de entender la razón de eso de la cadena.
En aquel momento lo seguía por el "almacén", que de almacén no tenía nada.
Era un departamento común y corriente, pero igual bastante moderno y lujoso, además de espacioso. La primera estancia era la entrada, luego daba lugar a una sala, en donde había unos sillones clásicos y una mesa oscura. Como pared, al fondo de la sala, se encontraba un cristal, que permitía vislumbrar la desconocida y luminosa ciudad, del lado izquierdo había algo parecido a una cocina, y digo parecido porque no reconocía muchos instrumentos, además de que era el lugar al que él se dirigió; del lado derecho había varias puertas. En vez de sentarme en algún sillón lo seguí por aquella cocina.
–Te dije que te sentaras –dijo colgando la cadena en un aparador que brillo de azul a rojo cuando lo hizo. Se arremangó las mangas–. Estaré ocupado.
–Lo siento, tengo curiosidad –quise acercarme pero me lo impidió con una seña.
–Todo a su tiempo –de esta manera me despidió, y me fui a sentar. Regañado.
Me acomodé en un sillón de espaldas a él, e intenté distraerme observando alrededor, pero mi mente solo podía estar ocupada en lo que acababa de ocurrir ya que, resumiendo, había ido a parar a otro mundo. Pero ¿de qué manera? ¿Por qué? y ¿podría regresar de donde había venido? Suspiré intentando relajarme.
– ¿Te gustaría algo caliente? –preguntó mientras me tendía una taza humeante.
–Si, por favor –la recibí entre mis manos. Sin hacer alguna expresión facial.
–Es un té, bébelo despacio.
–Gracias –tomé con brevedad del contenido, no sabía a nada que hubiera probado antes. Era un sabor dulzón pero sin llegar a embriagar. Como una medicina para niños, me reí por mi pensamiento.
Él trajo algunas cosas más, bocadillos como galletas y dulces, los dejó junto a la mesa, sentándose en otro sillón junto a mí. Pasamos un rato así en silencio, comiendo lo que había traído. Levanté un poco la mirada, ahora la cadena que llegaba hasta mi cuello la sostenía otro aparador en el sillón, junto a él.
–Creo que primero empezaré a contarte más o menos la situación por aquí –se acomodó para mirarme.
–Ah, está bien te escucho –dejé de comer y presté atención. Debía tomar seriamente todo lo que fuera a decirme.
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Nidvemis [Tiger&Bunny] (AU) [YAOI]
Fiksi PenggemarBarnaby es un guardia de seguridad en un enorme edificio, pero termina solo en una fecha tan importante como lo es Navidad. Tiene un trabajo normal como cualquier otro, ¿cómo podría este conducirle a un mundo completamente desconocido? Está aco...