17.-Caras opuestas

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Al despertar un dolor de cabeza lo golpeó y sobre su pecho una opresión le evitaba respirar. Bajo de él una colcha cómoda le acurrucaba, sentía cierto frío. Era raro, porque en su apartamento nunca utilizaba el aireacondicionado y las ventanas siempre permanecían cerradas. Aunque el peso sobre su pecho poco a poco seguía evitándole el paso de aire, mantuvo los ojos cerrados... para luego abrirlos lentamente.

– ¿¡Pero que!? –sobre él una persona completamente desconocida se hallaba dormitando, tenía el pecho al descubierto–. ¿¡Que rayos!? –intentó apartarse, pero aquel tipo seguro pesaba el doble que él. En un completo shock, Barnaby quedó inmóvil tratando de pensar una forma para quitárselo de encima. Miraba a todos lados en busca de una escapatoria. ¿Cómo había llegado ahí? ¿Quién se suponía que fuera ese tipo? ¿Dónde demonios estaba Kotetsu?

Kotetsu.

Lo único que recordaba era caer de una gran altura por otro tipo desconocido. ¿Estaba nuevamente secuestrado? ¿A qué clase de mundo lo habían enviado ahora?

Temblaba ligeramente bajo las sábanas, respiraba con dificultad mientras su corazón latía con fuerza. Jamás habría pensado que estar lejos de su Nidve fuera tan problemático para su cordura, estaba a punto de perder el dominio de sus lágrimas.

Trató de mantenerse sereno, la situación podía ser peor; por ahora debía alejarse lo más posible del desconocido. Se fijó en la forma en la que se hallaba sobre si, al moverse un poco más para revelar la posición, sintió que los brazos de este cruzaban debajo de él, tenía la cabeza reposada sobre su pecho y respiraba tranquilo.

Mordiéndose los labios, intentó salir con cuidado, tratando de desenvolver su torso como primer paso, estaba nervioso y aguantaba la respiración intentando no sacudirse demasiado. Un movimiento en falso y podría despertarlo.

Cuando consiguió quitar un brazo y que dejara libre suspiró aliviado, un poco más experimentado trató de mover el otro, con delicadeza fue alejándose.

¡Lo había conseguido!, el sujeto seguía dormido y él estaba fuera de sus brazos. Se arrimó con cuidado fuera de la cama. Cuál fue su sorpresa al sentir que algo tiraba de él. Horrorizado llevó sus manos al cuello y encontró ¡una cadena! Ni siquiera la había sentido. Se cubrió los ojos con las manos, el sujeto tenía el otro extremo en la mano derecha. El extraño, con la ligera tensión que provocó, comenzó a moverse recién despierto.

–Estoy arruinado –se quejó. Solo podía mirar como su captor se incorporaba, trató de retroceder, pero le acercó involuntariamente cuando levantó su mano hacia su cabeza intentando quitarse el sueño; hasta ese momento parecía que haber pasado desapercibido, porque cuando notó su cercanía sobre él parpadeó contrariado.

– ¿Tú quién eres? –levantó la otra mano hasta su rostro. Barnaby, con una expresión de terror intentó retroceder de nuevo, pero no evitó que lo tomara y aproximara su rostro hasta él. Tras unos segundos observándolo profundamente, exclamó–. Ah, claro –le soltó sin delicadeza, luego dirigió su atención hasta la cadena–. ¿Esto te incomoda?–. Barnaby no podía ni siquiera moverse. Al verlo detenidamente, se dio cuenta que no solo parecía doblarle el peso, sino también la altura, era imponente y espeluznante. No podía mirarle a los ojos–. ¡Te estoy hablando! –reaccionó a su silencio con una actitud molesta.

–Ah... si –habló sin lograr articular correctamente una palabra.

– ¿Entonces? –le presionó–. No me digas que te doy miedo –jugaba con la cadena entretenido, como si ver la situación de desesperación y conflicto que presentaba su presa fuera tan alentador–. ¿Cómo te llamas?

–Barnaby –murmuró.

–Pues, Barnaby –jaló la cadena con rudeza, haciendo que cayera hacia adelante–. Prepárate para el reconocimiento.

Nidvemis [Tiger&Bunny] (AU) [YAOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora