Cujania

52 4 0
                                    


Mi madre me quiso enseñar a trepar para mejorar mi destreza. Me llevó hasta un árbol alto y con el tronco muy recto, ¡no había nada mejor para aprender! Pero, resultaba que mi madre había dejado algo de comida en él.

Obviamente, solo llegué hasta la mitad y, posteriormente, me caí. Mi madre subió con facilidad. Yo no lo conseguí.

Pasaron las horas y mi madre bajó. De hecho, la costó bastante. Me reí y ella me dijo que subir no era tan complicado como bajar. Luego, nos despedimos y se fue.

¡Jo! ¡Otra vez sola hasta que regresara con más comida!


Enseñanzas de los leopardosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora