Canciones de una alma desesperada

La dama de la bohemia

Entre calladas canciones
Vino tinto, unos cigarrillos exportados
Entre salones de baile lujosos
Entre noches enteras de juegos sin salida
Entre la lujuria y la avaricia
Naces tu,
¡Oh bella dama de la bohemia!
El amor es algo azaroso
Para aquellos que aman lo efímero
Lasciva mirada
Guantes de fina lana, y una estrella sin brillo
Eres un farol sin luz
Una luz sin brillo
Un brillo ópaco
Tu alma, es arte de muerte
La muerte no se apiada ante tu cruel caminar
Alcohol, cigarros, amas de noche
Odias de día
Días eternos sin amantes
Una desgracia para tu cruel corazón
Unas poemas te llevas de aquellos
Que en sus más bellas rimas te dedicaron
Sus pesares, sus deseos, sus anhelos.
Bajo tu nívea piel
Dibujas constelaciones, dibujas el destino
Destino cruel te brindaron, pero tu vives
Vives para morir
Vives tristemente feliz
El ocaso, tu nacimiento
El amanencer, solo desfalleces
Eres una sombra de lujuria
Una tormenta de pasión
Un alma sin razón
Solo amante de noches de aquellos que en lágrimas ahogaste.
La pena no camina a tu lado
El deseo te embriaga
Eres el abrazo de la agonía
Y dentro de tus bellos ojos llevas el bello infierno
Tus labios, veneno para algunos
Encanto para otros
Eres amante de todos y de nadie
Eres noche, eres crepúsculo
Yo soy día, yo soy alba
Y entre mis poemas te he descrito
Descrito de una forma secreta
Secreta como mis poemas hacia ti
Cartas enteras te he dedicado
En mis poemas te he mencionado.
Soy un amante de la muerte
Un soñador sin sueños
Porque con tus labios me hipnotizaste
Entre tus brazos me hiciste descansar
Y en tu olvido me hiciste desfallecer.
Pecado, súcubo de la vida
Llevas el alma mía
Hacia tus reinos
Atrapame, dejame soñar
Pero jamás me dejes morir
Porque soy amante
Un adicto de tu fruto prohibido
No me ames, no me desees
Porque entre mis lágrimas he de morir.