Canciones de una alma desesperada

Melodías para una niña

Melodías para una niña
De blondo cabello, de nívea piel
De un triste caminar
Lento como las olas que mueren
En la bahía que ella solía amar.
Llevas las rosas del sol en sus ojos
Dos luceros en los labios
Y una suave tormenta en el pecho
Una mirada para amar
Una mirada para llorar
Su vida te agobiará
Y sus melodías barrocas te enamorarán.
Violinista que tocas tristes melodías
¿Acaso te has inspirado en su vida?
¿Acaso has besado su dolor?
Yace su alma bajo las estrellas
Estrellas que resplandecieron cuando ella vivía
Vivía para soñar
Vivía para cantar
Las bellas melodías que yo solía entonar.
Canciones escritas de mi pluma negra
Canciones escritas de mi pobre corazón
Buscan con compasión
En los recuerdos del pasado
Su ya amor apagado.
Tengo una estrella en el pecho
Recuerdo que me dejaste cuando partiste
A los cielos, cuando partiste con un adiós celestial
Rosa celeste, bedonia plateada
Llevas mis amores en tu faz enamorada
Llevas mis sonrisas en tu boca
Llevas mis penas en tu divino lienzo
Me llevas entre los más crueles infiernos
Y entre ellos me suele perder.
Encontrarme es una tarea de la que suelo llorar
Lloró, muero, revivo
Pétalo de margarita, espina de rosa
Soy como una callada sombra que te acosa
En mitad de tus sueños celestes.
Soy solo un poeta enamorado
De tu primordial constelación
Y entre mis versos y tus labios
He encontrado
La más cruel inspiración.
Llora musa mía
Llora amada mía
Que poco a poco mi mente te olvida
Y el humo del pasado me envuelve
Las sombras vuelven
Tu mirada angustiosa me atrapa
Rogandome perdón
Perdón divino te he brindado
Pero el cielo mismo hizo como que no existimos
Somos polvo de estrella
Somos polvo de galaxia
Somos iluminados y opacados.
Entre mis rimas ya te he olvidado
Y mientras el violinista yace muerto llorando
Estas melodías se han apagado.