Canciones de una alma desesperada

Abadón

Entre el espeso manto de la noche
Nacen hoy mis letras
Letras que vienen a anunciar
El dolor que hoy se anida en mi corazón.
Quererte no es un pecado
Quererte como mi musa de melodiosa voz
Quererte como el ruiseñor lo hace con el sol
Quererte en mitad de la tormenta es dolor
Quererte en silencio es temor
Quererte como yo lo hago es un sacrilegio.
Sacrilegio divino, maldito entre los suyos
Una rosa, unas lágrimas y un perdón
Calma, calla, camina, abrazame
Dame un beso tierno en los labios
Enciende mi vida, dame calor
Y luego entre el alba y la oscura noche
Camina sola con tu adiós.
Llorar, besarte, escribirte entre mis letras
Eres musa con brazo de espinas de rosas
Y yo soy solo un ruiseñor
Buscando protección
De la tormenta que se crea en mi interior.
Canto, pasión, desamor
Ya no existe la bella vida
Si ella me alejó de ti
Hoy solo te recuerdo entre mis líneas rotas
Y entre sonrisas vanas y sofocadas
Por el humo de mis cigarros que se apagan
Apagan como la llama divina que teníamos
Teníamos en el interior nuestro
Calor, vida, llanto
Trinidad de pesares
Unos poemas que cantaban una partida
Un poeta que busca una salida
A aquello que llaman dolor
Dolor embriaga, lleva mi alma
Clama un poco de misericordia
A aquel creador
Que con desdén me observa
Observa desde el Empíreo
Para dejarme sin vida, sin pasión y sin amor.
Extinto duermo hoy
En una fogata que ya se apagó
Abadon lleva mi alma entre tus negras alas
Alas de suave batir
Donde yacen aquellos poetas
En un valle de lágrimas
Del cual nunca podrán salir.