Manada indeseable

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Si tuviera que describir el nuevo ritmo de vida que había adoptado, tal vez la palabra más adecuada sería: Odioso. No es que la presencia del conejito le molestara, al contrario, con cada día que pasaba se sentía más enamorado, pero recientemente un imprudente invitado se la pasa casi todo el santo día en la cueva que debería ser única y exclusivamente de él y SU conejo.

― Junnie~, hemos llegado.― Anunciaba, Kai, mostrando una enorme sonrisa en sus labios, mientras SeHun prácticamente le mataba con la mirada.

En otros tiempos, SeHun se hubiera deshecho del JongIn de una forma violenta y hostil, total, ellos dos jamás fueron amigos; Cuando aún vivían dentro de la manada, ambos sostenían un especie de guerra fría, debido a que desde cachorros les hacían combatir entre ellos para medir sus fuerzas, por supuesto, SeHun casi siempre ganaba, pero eso no significaba que saliera ileso, había que aceptar que JongIn sabía defenderse bien. Sin embargo, esos tiempos habían terminado y en dado caso que quisiera retomarlos, la voz de un conejo molesto le frenaba por completo, lo que menos deseaba en todo el mundo era darle una razón a JunMyeon para que desconfiara de él, por eso mismo se controlaba.

― No le llames así. ― Atacó, SeHun, dejando a la presa recién cazada sobre la mesa.

― Pero a él le gusta que lo llamen así, ¿cierto? ― Preguntó, dando un beso en una mejilla regordeta del conejo.

JunMyeon tan sólo rio ante el gesto, provocando que la ira del lobo platinado se incrementara. ― Puede llamarme así, Hunnie, de hecho, ambos pueden.

Con coraje, SeHun se acercó a Myeon, borrando sin disimular el beso de Kai para después el mismo besar un par de veces aquellas mejillas que le volvían loco. Ante la escena, el lobo castaño chasqueó su lengua con molestia. Mientras, el conejo en disputa, sólo sonrío ante el gesto, siendo completamente ajeno a la enemistad de los dos caninos.

― ¿Se divirtieron en la caza? ― Preguntó con ingenuidad.

― Como cachorros.― Ironizó, Kai.

― No tienes una idea.

― Bueno, iré a lavar mi ropa mientras Junnie prepara la cena.― Anunció In, queriendo escapar del ambiente de tensión que se vivía en la cueva. Él tampoco estaba muy contento con la actitud de SeHun, sobre todo por el hecho de que reclamaba como suyo al conejo, cuando no llevaba marca; A ojos del moreno, podía apropiarse de JunMyeon si problema alguno, pero tampoco quería hacer las cosas mal, por lo que mostrarse violento no era opción.

― No hay necesidad de ello, Nini. ― Aclaro el herbívoro, moviendo alegremente su esponjosa cola.― La he lavado esta mañana.

― ¿Por qué lo hiciste? Sólo tienes que atenderme a mí. ― Reclamó el alfa, aguantando las ganas de destrozar a golpes la sonrisa burlona de Kai.

― JongIn me trae zanahorias y frutos, además te ayuda a cazar.― Explicó con un ceño fruncido.― Hay que ser agradecidos, Hunnie.

― Sí, Hunnie, sé agradecido. ―

"Maldito descarado." Pensó, SeHun al escuchar el comentario de su homologo.

― Ya que ambos están libres, ¿Podrían ir a buscar leña? Ya casi no hay y hará falta para cocinar.

Rechinando los colmillos, SeHun obedeció el favor pedido, saliendo de la cueva con un JongIn que disfrutaba de su pequeña victoria.

― Lo haces por el bienestar de JunMyeon, lo haces por el bienestar de JunMyeon.― Se repetía una y otra vez, mientras cogía pedazos de madera secos alrededor del bosque, para su buena suerte, JongIn había decidido ir por su lado a buscar leña, pues no hubiese soportado otro segundo más en compañía de ese imbécil.

Tras varios minutos de una exhaustiva búsqueda, que además le sirvió como despeje mental, el lobo platinado regresó a su cueva y la escena que encontró, mandó a la mierda todo el tiempo invertido en la relajación de su temperamento; En medio de la cocina, JongIn acunaba entre sus brazos a JunMyeon, dibujando infinidad de besos en el cuello lechoso del conejo, lo peor es que este no se mostraba asqueado, todo lo contrario, reía divertido ante las acciones del pardo.

― Nini, hace cosquillas~ ― Se quejó entre risas.

SeHun estampó los pedazos de madera contra el suelo, provocando que aquellos dos se percataran de su presencia. ― ¡Lárgate de aquí!

Continuará. . .


¡Gracias por leer, les amo chingos!



Crazy fairy tale ◊ SeHoWhere stories live. Discover now