~ RELISH Y LA MAGIA ~
La pequeña de la familia se encontraba en el jardín de su casa, tumbada bajo la húmeda hierba. Le encantaba estar echada ahí para poder contemplar el cielo, poder contemplar los diferentes colores que había, poder ver como las nubes se movían y hacían figuras esplendidas.A Nix le encantaba el cielo, le gustaba saber todo lo que podía sobre el. Pero lo que más le gustaba del cielo era cuando estaba oscuro y lo único que se podía ver eran las estrellas. En la ventana de su habitación tenía un telescopio y siempre que podía observaba las estrellas, las constelaciones y algún que otro planeta.
Tenía una libreta donde apuntaba que día, que hora, que minuto y que segundo había visto una constelación. Ella siempre pensaba que en verdad eran pequeños seres insignificantes vistos desde el espacio. Encontraba muy curioso todo sobre la astrología, si hubiera sido muggle como su madre, tenía claro que hubiera estudiado astronomía.
Así que siempre que podía estaba informada sobre lo que pasaba, su madre al saber la pequeña pero gran afición que tenía su hija, le compraba libros o cualquier cosa que tuviera que ver con la astronomía.
Cerró los ojos y suspiró. Lo que quedaba de verano, estaba siendo aburrido, sus amigos se habían ido de vacaciones y lo peor es que no sabía cuándo iban a volver. La rubia tenía muchas ganas de verlos, para poder oír lo que sus amigos tenían que explicar.
Nix no tenía mucho que contar. Se habían quedado en casa a pasar las vacaciones, normalmente iban a otro país y hacían turismo, pero este año su padre estaba hasta el cuello con el trabajo del ministerio. Él les dijo que podían irse ellos, pero todos se negaron a irse sin él. No quería que estuviera solo en aquella casa tan grande.
Pero, por otro lado, Nix tenía mucho que contar. Sus amigos no sabían que ella podía hacer magia, se encontraba ansiosa por decirles su pequeño secreto, pero por otro lado tenía mucho miedo a que fuera rechazada por ellos y le trataran mal.
Tal vez lo mejor era, no volver a ver a ninguno de ellos. Enviarles una carta explicando que sus padres le habían metido en un internado y que este era incomunicado, que por mala suerte no podían verse ni hablar. Y cuando fuera verano, como siempre se iban de vacaciones (a excepción de este año), no les hablaría.
Era el plan perfecto.
- Cariño, ha venido Julius a verte – le informó su madre.
Julius, Julius, Julius. Su mejor amigo desde que tenía memoria, él era un chico larguirucho y alto para su edad, estaba con una familia muggle, los Relish, quienes le habían adoptado desde que era un bebé. Su madre era amiga de la madre adoptiva de Julius, así que siempre que las dos quedaban, iban con los niños para que jugaran juntos.
Y esa fue la manera en la que conoció a Julius, él era la persona que mejor le conocía, sabía todo lo bueno y malo de la rubia, menos que su familia era maga, incluido ella.
- Así que Julius ha vuelto – murmuró para sí misma.
- Llevó aquí a tu lado desde hará unos minutos – le informó el castaño -. Claro que he vuelto.
Nix, giró su cabeza lentamente, pensando que lo primero que vería sería el pelo de su mejor amigo (ella tenía una pequeña obsesión con el pelo de Julius), pero lo único que vio fue una pierna.
Levantó la mirada y vio cómo su mejor amigo le miraba con una gran sonrisa. Le observó detenidamente y se confirmó así misma que no había cambiado nada desde la última vez que se vieron.
- ¡Julius! – gritó la rubia levantándose de golpe y abrazando al castaño fuertemente.
- Hola pequeñaja – le devolvió el abrazo -. Te he echado de menos.
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Expelliarmus | Época de los Merodeadores |
FanfictionNix Wells siempre había sido distinta a los demás chicos de su edad, pero eso era algo que ya sabía. Un cambio en su vida hace que empiece a cuestionarse cosas que supuestamente tenía claras, al igual que descubrir caminos que le pueden llevar a la...