~ TREAT PEOPLE WITH KINDNESS~
La llegada a Hogwarts para todos fue lo más normal y largo – para algunos cortos, ya que se pasaron las horas del viaje durmiendo – posible. Hubo gente que explicaba dónde habían ido de viaje, que habían hecho o que les habían regalado, así que de aquella manera el trayecto se hizo muy ameno para todos.
Los días fueron pasando entre clases, deberes, comidas y algún que otro entretenimiento por parte de los cuatro chicos de Gryffindor, que cada vez que podían estaban gastando alguna trastada a la primera víctima que veían, aunque normalmente la víctima solía ser Severus Snape.
Severus Snape era un chico mestizo, de Slytherin, era delgado con la tez pálida, tenía la nariz grande y su cabello negro siempre estaba grasiento y largo, sus ojos eran tan oscuros que muchas veces parecía que no tuvieran vida – aunque en el fondo era así -. Su aspecto solía ser rígido y su andar siempre era nervioso. Cuando hablaba – solía ser pocas veces, ya que no era un chico lo suficiente sociable –, lo hacía con bastante autoridad, pero la mayor parte del tiempo solía ser contenida, menos cuando perdía los papeles. La personalidad de Snape era un poco complicada y retraída, su única amiga era Lily Evans y el pobre chico siempre era el punto de mira de los James y Sirius para gastarle bromas.
Nix le había visto algunas veces en la sala común de su casa, pero tampoco le prestaba mucha atención. Nunca había cruzo la palabra, así que no podía opinar mucho sobre el muchacho, lo único que podía decir es que tenía un talento único para las pociones y eso jamás iba a negarlo.
Aquella tarde nublada, se encontraba sentada en el césped estudiando la huelga de las gárgolas de 1911. No tenían examen, pero una semana antes su hermano le aconsejo ponerse a estudiar porque dentro de nada les pondrían los exámenes seguidos y como ellos siempre solían decir, era mejor estudiar por adelantado que a última hora. Como era obvio, no sabía que iba a preguntarles en el examen, así que era mejor estudiarse todo lo que habían dado para no llevarse malas noticias.
Levantó la vista del pergamino – había recogido lo más importante que ella creía para no tener que estudiar tanto – al escuchar un alboroto al fondo del todo. Un grupo de gente estaba reunida, gritando, riendo y señalando algo que había en medio.
Estuvo mirando un rato en aquella dirección hasta que la curiosidad le pudo. Recogió todas sus pertenecías y lo guardó en la pequeña mochila, se levantó y limpió un poco su trasero por si había quedado rastros de hierba. Colgó la mochila en su hombro y comenzó a acercarse al montón de gente para ver qué ocurría.
Al no ser tan alta, tuvo que ir pasando entre la gente para poder estar en las primeras filas y poder ver mejor, sin tener que estar poniéndose de puntillas. Los adolescentes de su alrededor seguían gritando, algunos murmuraban y otros simplemente veían la escena que tenían frente a sus ojos. Con aquel ruido era imposible escuchar algo. Se quedó quieta cuando llego al principio del circulo y frunció el ceño, al ver porque había tanto alboroto.
- ¡HACER QUE PARE! – gritó Snape enfadado.
- Oh, vamos Quejicus – dijo Sirius burlándose de él -. Pero si bailas de maravilla, tendrías que disfrutar de este momento de gloria.
Quejicus era el apodo que le habían dado James y Sirius a Snape, era muy común oírlos llamarle por aquel sobrenombre.
Conocía a la perfección el encantamiento que habían usado aquel par, era el de pies danzantes. Se lo enseño Perseo con sus amigos, los chicos pensaron que no le vendría nada mal a la pequeña Wells saber aquel tipo de magia para usarla contra los demás. Por supuesto, el hechizo era gracioso si la víctima estaba de acuerdo, pero dejaba de serlo si se usaba como objetivo de broma.
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Expelliarmus | Época de los Merodeadores |
FanfictionNix Wells siempre había sido distinta a los demás chicos de su edad, pero eso era algo que ya sabía. Un cambio en su vida hace que empiece a cuestionarse cosas que supuestamente tenía claras, al igual que descubrir caminos que le pueden llevar a la...