Epilogo.

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A veces hacemos cosas que creemos insignificantes, como mandar una carta, saltarse una clase de cálculo para buscar a tu novio, ir a una fiesta, no contestar el teléfono, ir a tu casa, no cerrar tu empresa, irte de viaje o simplemente hacer una llamada; cualquiera pensaría que cada acción que hagamos es insignificante por lo insignificante que es nuestra existencia, pero en medio de nuestra insignificancia somos responsables de más cosas de las que creemos.

Al final cada acción que hagamos, mínima o grande, trae una reacción, buena o mala. Quizás solo seamos un grano de arena en este universo, pero al fin y al cabo es nuestra vida y la vida de los cercanos la que afectamos.

Nuestro presente es en sí un resultado de decisiones y acciones del pasado. Quizás si no hubiéramos contestado el teléfono o si no hubiéramos ido a la tienda aquella vez que nuestra madre nos mandó, nuestro presente sería diferente. Aunque en realidad nunca lo sabremos, lo único de lo que podemos estar seguro es que las decisiones que tomes ahora serán el comienzo de tu futuro.

Ellos tuvieron un mal comienzo, casi desafortunados desde su nacimiento; un pasado horrible, producto de los caminos más oscuro del destino; un presente inconcluso, lleno de angustias, lagrimas, golpes y frustración; y lastimosamente un futuro incierto.

Decir que Yoongi se recuperó de su enfermedad, que ahora no le costaba el socializar y que llevaba una relación feliz como la de cualquier joven, sería una dulce mentira.

Decir que Jimin fue totalmente feliz y se recuperó completamente de los días de depresión acompañados con golpes en su alma, solo por el hecho de que Jeon fue considerado por la justicia como un peligro para la sociedad y encarcelado en un centro psiquiatra, sería una triste mentira.

Decir que los ataques de pánico eran casi inexistentes y que Yoongi dejo de sentir desprecio por su sola existencia, será engañarse a sí mismo.

Decir que las pesadillas terminaron y que la depresión dio paso a la felicidad de Jimin sería solo un engaño a todo el mundo.

Ahora solo estaban tranquilos, intentando reparar sus corazones rotos y sus almas dañadas.

Pero nunca la felicidad es completa, porque en si era efímera, era tan escasa que nunca se estaba completamente feliz, siempre había algo que los retenía.

Un mes exacto después de que Jeon fuera llevado al centro psiquiátrico, a Jimin le llego una carta.

"Hola cariño.

Cuando te llegue esta carta lo más probable es que en este momento esté en alguna parte de Rusia o quizás desde las estrellas cuidando tu espalda, intentando que no te hagan más daño.

No estoy muy segura.

Cariño antes que nada quería que supieras que te amo y que ante mis ojos eres el ser más perfecto creado por los dioses.

Nunca pienses que tu padre y yo te dejaríamos de querer por alguna de tus decisiones.

Ahora ya sabiendo eso tengo que decirte lo otro ¿no?

Te mentí. Lo siento.

No comencé a mejorar por el contrario con cada respiración mi salud empeoraba, solo era cuestión de días para que mi cuerpo terrenal solo pasara a la historia.

Pero no quería que tu vieras eso, no quería que sufrieras viendo a tu madre morir, no quería que vieras las lágrimas que caían por mis ojos al ser consciente que no podría verte graduarte, no quería que sintieras el enojo que sentí conmigo misma por no poder ser parte de tu futuro.

Sociofobia | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora