Part 5

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—Recuérdame cuando firme el acta de matrimonio. — dije bufando y muriendo del sueño con el teléfono en la mano.

Él se rió y me dieron ganas de atravesar la bocina con la mano y meterle un puñetazo en la cien.

—Anoche, querida. En la cama.

—No pretendo seguir tu juego ahora mismo, Einar. ¿Que quieres? ¿Acaso no haz visto que hora es?

—Solo quería saber por qué mi hermana me llamó histérica.

—Yo solo quiero que me dejes dormir en paz. ¿Por qué no alejaste a tu hermanita de ese bar?¿Sabes que clase de gente va ahí? — lo pensé. —. Ah si, gente extraña como tú.

—¿Por qué me tienes que insultar? — lloriqueó.

—Ya eres un hombre adulto deja la homosexualidad.

—Creo que te demostré que no lo soy.

Suspiré, rindiéndome.

—Dime que es lo que quieres para dormir, me tienes exhausta.

—Mañana, desayuno con mi madre, ocho de la mañana. Te paso la dirección por un mensaje, ve vestida bien, gracias.

Iba a protestar pero después de mencionar el gracias la linea se quedo vacía, miré atónita el celular, ¿Me estaba dando órdenes? ¿ÉL?

Ignoré cualquier pensamiento que me llevara a una habitación blanca con un hacha en una mano y la cabeza de Einar en la otra y me quede dormida, hasta que el grito de May me despertó y maldije por lo bajo, pensando que no necesitaba un despertador gracias a ella.

—¡Alana!

Gruñí.

—¿Que mierda quieres, May? — grite, pasándome una almohada por encima de la cabeza. La puerta de mi cuarto se abrió bruscamente. — . Por el amor de Dios, May ¿por que carajo entras así?

—Entro así porque espere que llegaras al restaurante tres horas con mi madre enferma. — La voz enojada de Einar hizo que saltara bruscamente de la cama y me pusiera de pie, estaba parado con los brazos cruzados, sus ojos estaban entrecerrados y no se si eran ideas mías pero su cicatriz estaba más hundida.

—Lo si..

Él alzó su mano.

—No digas que lo sientes, no. — suspiró.

—En serio lo hago, tu madre debe estar muy disgustada, lo siento pero es que apareciste justo ayer y ya mi vida está patas arriba, pensando que me tengo que cambiar nombre y mudarme a Ohio o a Denver para huir de tu hermana, pensar que le tengo que mentir a tu mama que esta delicada y que se va a curar y luego se consumirá un corazón roto, odiándome por haber dejado a su hijo.

Él me miró.

—Lamento oírlo pero ahora por no haber aparecido mi madre quiere que vayamos a Idaho por la semana de mi cumpleaños.

—¿Acaso no escuchaste lo que acabo de decir? ¿De verdad quieres a tu familia? ¡No me puedes hacer esto!

El se encogió de hombros.

—Solo es una semana, luego inventaremos que te engañe o no se, me lo creerían y todos ganamos.

—¿Ganamos? Maldita sea, lo ves todo tan fácil como si fuera pintar unos corazones y hacer de payasos alegrando una fiesta — me senté en la orilla de mi cama. —. Vete.

—¿Que me vaya? — el soltó una carcajada falsa.

—¡Que te vayas maldita sea! No te quiero ver aquí. — le grité, me dolía la cabeza y él estaba hablando babosadas.

Mr. Dex and IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora