Parte 9

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  —¿Hola?

— ¡May! 

— ¿Alana? ¡Alana! ¿Donde estas? Me tenías tan preocupada.

— Estoy bien, estoy con Einar. En su casa.

—Bien, dime donde es y voy a ir a sacarte de ahí, después le denunciaremos.  

Reí por las ocurrencias de mi amiga, me hacía tanta falta.

  —No puedes venir a Idaho.

—Santa mierda, ese hombre te arrastró.

— Tu me aconsejaste que lo hiciera.

— Claro pero no que te desaparecieras de pronto. ¿Sabes lo que es llegar a casa y no encontrarte escuchando tus canciones extrañas? Casi me da un infarto cuando no llegaste anoche. 

— Estoy bien, May. Espero volver pronto. 

—¿Como es?

— ¿Qué? ¿Einar o Idaho? Einar un imbé..

— Si, pero te volviste a acostar con él.

Miré las esquinas de la habitación de la cabaña buscando una cámara escondida. 

—¿Cómo es que sabes eso? 

Ella soltó el aire de sus pulmones al otro lado de la línea.

— Te conozco, estarías diciendo todo el vocabulario de groserías que te sabes si no te sintieras bien allí. Además, tu falso esposo es un dios, yo me le lanzaría encima y disfrutaría de la situación.

—Eres una perra, May.

Ella soltó una risita coqueta.

—Lo aprendí de ti, querida Alana. ¡Voy! oye, llámame en la mañana, Beau vino por mi, me llevará a un concierto de country en el parque, te quiero, usa condón. 

—Te quiero.

Tiré a un lado  el teléfono inalámbrico cuando corté la llamada, las finas sábanas se sentían aún más sedosas bajo mi piel desnuda, froté mis manos con mi rostro y bostecé. Luego del repentino beso de Einar vinimos a la cabaña y terminamos con la ropa tirada en el pequeño pasillo que da a la habitación. después de todo habíamos caído dormidos.

Me di la vuelta para mirar al ventanal que me mostraba los terrenos, el precioso paisaje me transmitía paz, Einar había despertado antes que yo y no estaba a mi lado.

¿Que estaba haciendo? ¿Que iba a hacer cuando volviera a Los Ángeles? Sabía que esto era una cosa de corto tiempo, tenía que buscar una manera para no salir lastimada,aunque sabía muy bien que iba a ser lo más difícil, tanto que ya lo estaba. 

   Tu falso esposo es un dios, yo me le lanzaría encima y disfrutaría de la situación.  

Las palabras de May resonaron en mi cabeza, también sabía que no perdía nada con disfrutar de todo esto, volveríamos a LA y cada uno tomaría por su lado, el saldría de la presión de su familia y yo habría ganado unas vacaciones gratis y lujosas.

De pronto el teléfono empezó a sonar y lo metí bajo de la almohada de Einar, dejó de lanzar pitidos y de pronto otra melodía llenó el espacio, en la otra mesa de noche estaba el que debería ser el de Einar, iba a tomarlo cuando él llegó corriendo en pantalones de correr largos y con el torso desnudo, me dió un pequeño beso que me tomó por sorpresa antes de contestar la llamada.

    —Bien, Brooks, Si me estas llamando para gritarme otra vez te voy a patear el maldito trasero hasta que me canse. Bueno, no. Escúchame, no podemos seguir escogiendo por tus instintos de casanova ¿bien? Esto es serio, no es solo un simple casting de próxima cacería, bien bien, eso espero. Si, adiós. 

Mr. Dex and IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora