Parte 3

7 2 0
                                    


Si me arrepentía.

—¡Einar Patrick Dexter! — el grito de una mujer me despertó.

Recordaba todo, donde estaba y con quien estaba. Gruñí, estaba acostada encima de él y sus brazos me tapaban completamente, las sabanas eran de seda gris y cuando traté de incorporarme el agarre se tensó y de los labios de Einar salió un gruñido.

—¡Mira el desorden que tienes en las escaleras! — ahora era la voz de una chica, genial.

Terminé de despertarme.

—¡Einar! ¿Estás casado? — estoy segura que mi tono fue suave pero para mí fue un grito.

El abrió un ojo y quitó un brazo de mi espalda, dejando el otro haciendo peso.

—¿Que? Por supuesto que no — respondió haciendo una mueca. —. La cabeza me va a explotar.

—Dos mujeres han gritado ¡dos veces!


Él me miró un rato y lo miré, sabía que en esa mirada solo había deseo, ¿que iba haber si no? Apenas nos conocimos ayer, oh por Dios, ¿que tan zorra era?

Ahora solo estaba preocupada en salir del agarre de Einar y esconderme de la esposa. La mujer volvió a gritar, está vez entrando por la puerta abruptamente.

—¡Einar despier...! — entró a la habitación, no quiero ver, no quiero voltear solo me tratare de sumergir y esconderme en Einar.

El vió al frente con el ceño fruncido.

—¿Mama? ¿Ivy? — con su largo brazo estirado termino de taparme con la sabana, Gracias Einar. —. ¿Que están haciendo aquí?

—Te avise que iba a venir, mamá fue un bonus. — habló la chica, ¿por qué siempre me pasan las cosas estúpidas a mi? ¿Ahora que iba a hacer?

Sentía el corazón acelerado y escuchaba el de Einar.

—Yo lo siento, cariño. No sabía que estabas acompañado. — habló la señora en un tono tierno.

—Si, me habías avisado que llegarías en tres días. — dijo Einar con tono duro. ¡Aún estoy desnuda arriba de ti! Pensé con fastidio.

—Hijo, no me digas que está es una prostituta. — abrí los ojos de par en par y mi corazón iba a estallar, pellizque a Einar en un costado.

—¡Au!

—Si, porque tu esposa... — la chica dejo de hablar.

¿Esposa? ¿Que había hecho? Volví a pellizcarlo, no me gustan los hombres con compromisos.

—¡Au! — se quejó de nuevo. — En realidad, uh... En realidad, ah...

—¡Einar! — reprochó la mujer.

—¡Es una prostituta!

Einar se tensó.

—No es ninguna prostituta — Gracias, grandulón. —. Esta es mi esposa. Y si no es mucha molestia, les agradecería que salieran para podernos vestir.

Espera ¿que? ¿QUE? ¿Cuando había aceptado casarme con el?

—Por supuesto, lo siento mucho querida. — la voz de la mujer estaba cargada de pena y lo único que se me ocurrió hacer fue sacar mi mano y hacer una seña con mis manos de que estaba todo bien.

Se escuchó el sonido de los tacones con el piso rápidamente seguido de la puerta al cerrarse.
Rápidamente me deshice del pesado brazo de Einar y me levanté, dejándolo descubierto porque tomé la sabana y me enrollé en ella.

Mr. Dex and IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora