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Se estaba despertando poco a poco...No sabía si estaba muerta o viva, lo que si sabía es que no estaba en la habitación del Motel. Olía a humedad y hacía mucho frío, le dolía todo el cuerpo y cuando intentaba moverse un poco el dolor se hacía aun mas fuerte. Estaba asustada, no veía nada, estaba todo oscuro y le entraba el miedo, casi le costaba respirar por el miedo.

Alguien abrió la puerta y encendió la luz de la habitación. Ahora pudo ver que estaba en un sótano, ella tumbada en una cama con una manta y su cuerpo esta llena de cicatrices del cuchillos que le clavaron, estaban cosidas por hilos de lana de color negro. El sótano estaba lleno de cajas y de una estanteria enorme con cachivaches la mayoría rotos y llenos de polvo.

La persona que entro era Mario, que llevaba en sus manos una bandeja con una tostadas y un vaso con zumo de naranja. 

-Hola, al final ya te has despertado.-Dijo con una sonrisa.-Ya me estaba preocupando de que no te hubiese salvado a tiempo.

Júlia no entendía nada, estaba asustada. Cuando se acerco a ella, Júlia se intentaba levantarse para alejarse de el pero el dolor se le hizo muy agudo que solo pudo dar un quejido de dolor y tumbarse nuevo en la cama.

-¡No te muevas!¡Puede abrirse las heridas y desangrarse de nuevo, sera mejor que no te muevas.

Dejo la bandeja en el suelo y se acerco a Júlia para sentarla en la cama cuidadosamente. Cogió la bandeja y con el plato de tostada cogió una y se lo llevo a la boca de Júlia pero ella no habría la boca, lo rechazaba alejándose.

-Tienes que comer algo. Has perdido mucha sangre y tienes que comer para así recuperarte.

-Quiero irme a casa...-Dijo Júlia en voz baja y temblorosa.

-¡NO!..Quiero decir, no, no puedes irte, tienes que descansar. Marina si sales ahora tienes el peligro de ver a mi mama y ella esta muy enfadada contigo, no le caes muy bien. Pero tranquila aquí estarás a salvo e intentare convencerla para que te quedes a vivir aquí con nosotros.

-No, yo no quiero irme a casa, no quiero estar aquí.

-Tienes que estar aquí. Ya no puedes irte a casa, quien no diria que después de que te hallas recuperado llames a la policia para detener a mi madre. No puedo vivir sin ella, ella en sitio como estos no dudaría mucho y no quiero a mi mama entre rejas, no señor...Te quedaras y vivirás aquí para siempre.

Júlia asustada comenzó a llorar.

-Hey no llores Marina...No pasa nada, no tengas miedo, aquí esteras a salvo te lo prometo.

Acaricio suavemente el cabello de Júlia.

-Ahora tienes que comer, toma.

Volvió a coger la tostada y darle de comer a Júlia pero paro cuando escucho una puerta abrirse.

-¡MARIO! ¿¡HIJO DONDE ESTAS!?

-Oh mama...

Dejo la tostada en el plato y se levanto hasta la puerta.

-Me tengo que irme, no te preocupes, volveré mas tarde tu intenta no hacer ruido y descansa. Necesitas recuperarte, bueno adiós.

Se fue cerrando la puerta con llave. Júlia miraba a su alrededor en busca de algo para apoyarse o pero no encontraba nada, solo podía quedarse ahí en la cama rezando para que no le pase nada.

Mario subió las escaleras hasta llegar el pasillo donde estaba su madre llamándole a gritos.

-¡Mariooo! ¿¡Donde narices estas!?

-Estoy aquí mama.

Se volteo al ver a su hijo.

-Por fin te encuentro, no me vuelvas hacerme estos sustos por favor que lo paso muy mal.

ATRAPADAWhere stories live. Discover now