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La profesora de la academia se daba cuenta de las marcas rojas y de los azules moretones que resaltaban a diario en mi pálida piel, pero ella no decía nada, solo se limitaba a darme el amor que me faltaba a través de caricias y palabras de apoyo.

Gracias a ella en estos momentos estoy mejor y con un sueño en mente que sigue en pie.

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