Capitulo 5

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Unas cuantas horas después de que Gandalf se separara del grupo, la tensión se podía percibir en el ambiente. La monotonía del lugar se volvía abrumadora después de la pequeña discusión con los enanos.

—¿No está tardando mucho Gandalf?—preguntó mientras observaba sus alrededores con una brillante inquietud.

—Es un mago, va donde quiere y viene cuando desea ¿Alguien me ayuda con la comida? ¡Bilbo, Helena! ¿les pueden repartir estos platos a los demás? — contestó Bofur de forma resumida tratando de no dar tanto énfasis en el mago y tratar de aligerar el ambiente.

Bilbo se dispuso a repartir la cubertería, sin embargo, cuando volteó a ver a la hermosa elfa que había conocido recientemente, una interrogante le carcomió la mente.

—Helena ¿puedo preguntarte algo?— preguntó con las mejillas rosadas, no sabía el por qué pero con solo acercarse a la femme sus mejillas comenzaban a acalorarse.

—Claro Bilbo ¿Qué sucede?— contestó mirándolo amablemente mientras se hacía a un lado para dejarlo sentarse junto a ella.

—¿Desde cuándo conoces a Gandalf?— aun con las mejillas sonrojadas le expresó su duda con respecto al mago.

—Desde hace muchos años— su pregunta la incomodó un poco, por lo que su respuesta fue bastante corta y vacía.

—Oh... ¿y de dónde lo conoces?— siguió preguntando a pesar de su advertencia con la interrogante anterior.

—Me he dado cuenta que haces muchas preguntas pequeño hobbit— lo miró con una ceja alzada dándole a entender que no preguntara más del tema— si tanto es tu interés por saberlo te sugiero que dejes de hacer preguntas como si estuviera en un interrogato—

—SHHHH, chicos guarden silencio... antes teníamos 16 ponys y ahora solo tenemos 14—susurraron con sigilo Fili y Kili interrumpiendo la platica entre los nuevos integrantes de la compañía.

—¿Le avisamos a Thorin?-preguntó el hobbit bastante confundido por la situación.

—No, no hay que preocuparlo— contestó Fili a la vez que apoyaba su antebrazo en el hombro de Bilbo Bolsón.

—Tu misión es ir a buscarlos— prosiguió Kili refiriéndose a los caballos que se encontraban pedidos.

—yo no, yo— El hobbit se exaltó ante la misión que le habían encomendado, el no sabía nada sobre pelea así que se encontraba bastante nervioso por su primer encuentro con una criatura malvada.

—¿No creen que el mandar a nuestro nuevo compañero inexperto en batalla es una acción de cobardía? — dijo la elfa con un todo bastante serio.

—Sólo son Trolls, el hobbit puede ir, es más rápido, aparte son muy tontos y lentos nunca lo va a atrapar — dijo el joven enano de cabellos castaños.

Sin opción el hobbit se dirigió al encuentro con los Trolls, pasó entre los arbustos frente a las narices de esas horribles criaturas, cada ves se encontraba más cerca de los ponis, cosa que lo alivió de cierta manera, sin embargo, la puerta de la jaula donde los ponys se encontraban tenía un candado atado con lianas que Bilbo no podía deshacer, él pensó en cortarlas con un cuchillo pero ahí cayo en cuenta que no tenía ningún objeto punzante con él.

De un momento a otro uno de los trolls pasa su mano por arriba de la cabeza del hobbit, por lo que este sin pensarlo se agacha y observa que el troll traía un cuchillo en su cintura, Bilbo sabía que necesitaba ese cuchillo, así que trató de alcanzarlo, sin embargo, el troll tomó su pañuelo tomando así al hobbit también, en donde desafortunadamente fue ocupado para limpiar los mocos del troll.

—Beto, Beto ¡mira lo que me saque de la nariz!-exclamó con sorpresa uno de los trolls.

—¿Podemos comerlo?—contestó el otro acercándose amenazantemente mientras babeaba de manera morbosa hacia Bilbo.

—Suéltalo— interrumpió Kili apareciendo de manera heroica mientras blandía su espada.

—Podemos comérnoslo a el— dijeron ambos trolls volteando hacia el nuevo intruso.

—Dije que lo soltaran— Kili los miró comenzando a impacientarse.

Y de entre los arbustos, todos los enanos fueron a luchar contra los trolls para rescatar a Bilbo Bolsón y a sus ponys, todos excepto Helena; la esbelta elfa sabía que los enanos podrían manejar la situación, por lo que decidió investigar los alrededores en busca de un lugar donde acampar.

 No muy lejos de donde la pelea había iniciado,  la femme encontró un gran cueva en donde supuso que era utilizada por los trolls para refugiarse por la mañana; ahí observó un sin fin de tesoros, joyas, dinero, armas, sin embargo, no le dió importancia y continuó inspeccionando el lugar, no obstante fue interrumpida por unos gritos, algo excoriada voló de regreso a donde se encontraba la compañía y su sorpresa fue ver al hobbit siendo agarrado de brazos y piernas.

—Bajen sus armas o matamos al pequeñín— contestaron los trolls mientras mantenían cautivo pequeño ser.

—Bajen sus armas— Sin salida, Thorin ordenó a sus camaradas bajar sus armas para que liberaran a Bilbo.

Minutos después los Trolls habían decidido hacer un festín con los enanos, algunos los tenían atrapados en bolsas de tela, mientras que a otros los tenían en paños menores atados a un tronco que daba vueltas sostenido arriba del fuego.

Mientras tanto Helena se dedicó a estudiar los movimientos de los Trolls para poder acabar con ellos rápidamente, no obstante cuando desvío su vista hacia el grupo de enanos vio que Thorin la veía con el seño fruncido, decidió no darle importancia y concentrarse en idear un plan seguro para todos.

—Beto, apúrate no tenemos toda la noche, no quiero volverme piedra por el sol— comentó uno de los Trolls al ver que el guiso tomaba mucho tiempo.

—Si te callaras esto sería más rápido—

—¡Esperen! están cocinando mal a estos enanos—interrumpió Bilbo.

—¿Qué?— respondieron todos los presentes bastante confundidos ante la frase anterior.

—Saben, hay un secreto para cocinar a los enanos— sugirió Bilbo ignorando las miradas coléricas de los enanos hacia su persona.

H.N

The lie of love  ₹Thranduil₹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora