-¡Oye dame una de esas!-gritó Alfrid al ver que una de las mujeres empezaba a repartir algunas trazadas.
-¡Hay búscate a otra!.No estás a cargo Alfrid Lickpittle- expresó con desagrado.
-En eso te equivocas en ausencia del gobernador el poder supuesto pasa al suplente que, en este caso, soy yo...- sonriendo con satisfacción- ¡Ya dame esa manta!- exaltado.
-¿Suplente del gobernador?- contestó aguantandose la risa- no me hagas reir- en ese momento su expresión cambio a una más seria y dura- eres una rata despreciable, antes muerta que seguir a alguien como tu-
-Tal vez se pueda arreglar- en eso levantó la mano para poder pegarle a la pobre mujer pero una mano lo paro antes de que lograse su cometido-
-Yo no me pondría en contra de mi hente Alfrid, ahora no- le susurró Bardo.
Cuando éste se levantó Baín le puso el pie para que callese otra vez pero de una forma más divertida.
-¡Ahí está!- se escuchó un grito y después a una niña de unos 8-9 años señaló a Bardo.
-¡Papá!- celebró su otra hija corriendo a abrazarlo.
-Jajaja ¡aquí!- alzó.los brazos dispuesto a abrazar a sus pequeñas hijas con gran delicadeza
-¡Estás vivo!- alentó Sigrid.
Todo era tranquilo ñor fin se podía reunir con su familia y sonreír un poco hasta que una de las tantas personas alabó lo que él había hecho.
-¡Fue Bardo, él mató al dragón! lo vi con mis propios ojos, el derribó a la bestia, el la mató con una flecha negra- con regocijo todos se acercaron.
Y todo el pueblo se levanto y dijo lo que su corazón dictara- ¡Gracias!.
-¡Si! - celebró levantando el brazo del pelicastaño- saluden todos al cazador de dragones, honren todos al Rey Bardo- rápidamente Bardo quita su brazo cómo si este le quemara- Ya lo he dicho muchas veces amigos, éste es un hombre de noble causa... un verdadero líder-
-No me llanes así- con el seño fruncido- no soy el gobernador de ésta ciudad ¿dónde está el?, ¿dónde está el gobernador?- volteando a todos lados.
-Muy lejos, por el Anduin, con todo nuestro oro no lo dudo- contestó una mujer con los brazos cruzados- tu sabes de eso- señalando acusadoramente a Alfrid- lo ayudaste a vaciar las barcas-
-¡No!, no, yo traté de evitarlo- con una mirsda de miedo al ver que todos se acercaban-
-¡Mentiroso!- siguió la mujer.
-¡Supliqué, imploré! le dije: ¡gobernador no!, piensen en los niños ¿qué nadie piensa en los niños?- preguntó con fingida tristeza.
Toma del brazo a una pequeña que estaba ahí, sin embargo la niña lo golpeara y logra escaparse, entonces todos se abalanzan hacia él para atacarlo.
-Ya basta, ¡déjenlo!- se interpuso Bardo- ¡miren a su ardededor! ¿no han tenido suficiente muerte?- Alfrid trata de subir pero Bardo lo vuelve a tirar al piso- ya viene el invierno, debemos cuidar de los nuestros, de los enfermos y desamparados, los que están bien atiendan a los heridos y los que tengan fuerza ¡síganme! debemos salvar lo que quede- trataa de retirarse pero Alfrid lo detiene.
-¿Y luego? ¿qué haremos luego?- con confusión y preocupación.
-Buscar refugio- viéndolo seriamente
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Mientras tanto los demás enanos y la elfa se acercaban a Erebor, no era un camino muy complicado pues desde lejos estaba la montaña que seguía de guía para su larga caminata.
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The lie of love ₹Thranduil₹
Fanfic¤ Ella es un raro desastre. Ese desastre que no cualquiera puede controlar y esa rareza que pocos pueden entender. ¤ ₪ Él es misterioso y de muy pocas palabras. Lo que nunca dice con los labios, lo dice con el maravilloso len...