Capitulo 1

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Por varias décadas, cerca de las Fronteras de Tol Sirion. Una actividad muy recurrente de los elfos de esas tierras era atrapar a una elfa escurridiza; mentiría si dijera que la elfa era totalmente inofensiva, sin embargo ella sólo estaba por allí para conseguir algo de comida.

Sobrevivir fuera era bastante difícil, tomando en cuenta los peligros de las criaturas mágicas y unas que otras plantas mortales. Aunque para la fémina eso no era preocupante.

Luego de conseguir algunas cuerdas de material medianamente resistente, se dispuso a crear varias trampas para atrapar a lo que sería su primer comida del día. Sus ojos carmines inspeccionaban sus alrededores, a la vez que con sigilo tomaba su arco y flechas. 

A lo lejos pudo observar un pájaro bastante grande y choncho, sus comisuras se levantaron en una imperceptible sonrisa satisfactoria. Apuntó a la criatura con cuidado de no alarmarla; no obstante, antes de si quiera tirar la flecha, el ave voló ante una pequeña sacudida que alertó a la elfa.

—Maldición.

Sin pensarlo saltó del árbol donde se encontraba, y comenzó a correr.

—Malditos come plantas.

Miró hacia atrás y notó como los soldados de Rivendel comenzaban a acercarse a su dirección, todos los soldados venían en unos grandes caballos y portaban sus características espadas de singular belleza. Todos iban hacia ella con un fin, matarla.

Ella no entendía el afán de los elfos de Rivendel con su muerte, sabía que era peligrosa; pero hasta el momento no había puesto un pie en sus tierras. Sabía que Elrond había sido convencido a malas lenguas de su persona, él sabía de todos sus crímenes y estaba segura de que la consideraba un peligro para su gente.

<<Estúpido>> Si la fémina quisiera acabar con su gente, ya lo hubiera hecho desde hace mucho tiempo.

Cuando notó que frente a ella había una entrada al bosque, sonrió burlonamente y se dio vuelta para encarar a los soldados.

—Agradecería que dejaran de seguirme. 

Con una voz suave lentamente colocó sus brazos detrás de ella para luego dar media vuelta y encarar a sus cazadores. Los miró desafiante mientras analizaba las armas y el tipo de armadura que portaban antes de comenzar la pelea inminente. 

—Bruja! Tú no perteneces aquí — con total enojo el elfo le expresó su inconformidad.

—Con que así tratan a su mima especie, que deplorable.

—Nosotros no te aceptamos como nuestra igual, tu eres simplemente un monstruo.

De un movimiento la mujer extendió sus grandes y gruesas alas, quería que ellos se sintieran débiles ante ella.

—¿Dónde está Elrond?—dijo impaciente aún con su calculadora mirada.

—Él no está aquí, tiene cosas mejores que hacer— con altanería el guardia se fue ha acercando a la elfa.

—¿No está aquí? — su expresión seria se transformó rápidamente en una socarrona mirada a la vez que soltaba una risa burlona — Claro está que Elrond no quería morir de la forma más patética ¿no lo creen? 

—¡Cállate! maldita —el hombre alzó su espada, dando la señal para que sus hombres avanzaran.

La expresión de la de ojos rubíes siguió en una notable sonrisa. Alzó su mano y la extendió con movimientos delicados hacia la pequeña tropa frente a ella, leves brillos con tonalidades verdes se extendieron a través de todo el campo.

Unos segundos después varias criaturas fueron surgiendo de la fértil tierra detrás de ella.  Los monstruos con características vegetales fueron avanzando lentamente a los soldados elfos, claramente no eran seres pensantes, simplemente eran marionetas de la elfa notablemente sonriente.

Las criaturas eran atemorizantes a primera vista, pero si mirabas atentamente podías apreciar la belleza de su creación, el como simples plantas podían ser tan amenazantes y ser controladas a conveniencia.

Como la femme lo esperó, cada uno de los elfos se fueron alejando del lugar de manera rápida, ella no iba a matarlos, tan solo quería asustarlos hasta que no pudieran dormir por las noches.

Cuando el último de los jinetes salió de su vista, todo volvió a la normalidad. Los árboles volvieron a su forma, los animales seguían con sus actividades y la briza volvió a su tranquila y serena danza.

Más calmada, la alada recorrió unos kilómetros más hasta topar con un río. Se acercó con intenciones de recoger agua para su cantinflora y así poder continuar su viaje sin morir de sed; aprovechó para refrescar su cara un poco, los sucesos anteriores la había cansado más de lo que ella pensó, sin embargo cuando se vio frente a frente con el agua, una voz la llamó.

—Elegida mía ven aquí— habló una voz áspera y profunda que reflejaba lo hórrido que podría ser la existencia misma.

—Padre ¿observaste todo lo que pasó hace unos momentos? —su voz era débil y sumisa, su ser sabía la posición en la que se encontraba, por lo que en esos momentos se volvía más cerrada y servicial.

—Sí —Con la cortante respuesta de este ente, supuso que que no estaba para nada contento con sus acciones.

—¿Manejé bien la situación?— Sus ojos que ante se encontraban avergonzados y llenos de miedo, ahora miraban la sombra interminable de aquel rio con un poco de esperanza.

—Lo hiciste bien, analizaste la situación y actuaste como deberías —la voz se notó más aliviada cosa que logró sacar un suspiro de la mujer —Te tengo una misión —explicó pausadamente para que notase que habla enserio.

—Bien, que es lo que me traes —sonriendo ante su nueva petición.

—Hija mía, necesito que vayas a una aventura con trece enanos y un hobbit, he escuchado que El Mago planea ir a Erebor. Conozco a una criatura llena de codicia y ambición que podría ser me de utilidad en un futuro.

—Supondré que debo hablar con Gandalf el Gris ¿No es así? —dijo sonriendo levemente ante la mención del mago que varias veces se había cruzado en su camino.

—Supones bien, no dudes fingir con tus acompañantes y hacerles creer que estás de su lado. No quiero que desconfíen de ti y que el plan fracase —su corazón tembló al sentir la voz detrás de ella.

—Bien —se relamió los labios con nerviosismo.

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H.N

The lie of love  ₹Thranduil₹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora