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Poco a poco fue despertando de aquel profundo y confuso sueño. Aunque en verdad, estaba muy cómodo pues el colchón donde dormía era muy amplio y suave así como las sábanas que parecían estar hechas de las más fina y suave tela del mundo. De esa que sólo la gente millonaria es capaz de obtener y con un olor peculiar pero agradable que podía durar varios días.

Sus ojos café recorrieron toda la habitación. Cayendo en cuenta que no sabía donde se hayaba pues jamás había visto habitación tan grande y lujosa. Tan hermosa. Pero en cuestión de pocos minutos su memoria se refrescó, recordando las últimas horas que vivió antes de caer en ése repentino y profundo sueño por no agregar también, raro. De pronto se puso alerta y una extraña preocupación lo invadió. Su querido novio, ése atractivo joven rubio, aquel come doritos y dramático se había convertido en un verdadero ser...

Un demonio.

No lo quería creer, pero aunque le costaba admitirlo era la realidad. El mundo estaba en un caos y más durante el tiempo que estuvo inconsiente. Dormido. ¿Qué habrá pasado? ¿Durante cuánto tiempo durmió? Y aún así lo poco que sabía no le era suficiente para responder con exactitud la pregunta de donde se encontraba él en esos instantes. O donde estaba Bill.

Se sentó en la cama dando otra mirada por el inmenso y elegante lugar, y sus ropas. Ahora que lo notaba lo único diferente era que ahora traía aquel abrigo amarillo que le tejió a su novio hace más de un año, puesto encima suyo. Estaba seguro que era ese mismo. Todavía traía el olor del rubio. Algo seductor y único. Embriagador, avergonzado de oler con deseo dicha esencia de su pareja. También notó que debajo del abrigo no llevaba nada puesto, sus típicas playeras anaranjadas con chaleco azul marino no lo traía puesto. Osea que... Alguien tuve que medio desnudar lo para quitarle esas prendas y ponerle el cómodo abrigo amarillo. Y de tan sólo pensar en el responsable un rubor notable se dibujaba en sus suaves y adorables mejillas.

Otra cosa era que no tenía muchas ganas de salir de la habitación para recorrer el lugar entero de donde se encontraba. Aunque apostaba que muy posiblemente Bill se hayaba en el mismo lugar. Tenía miedo por salir a investigar aunque sabemos que su gran curiosidad puede mas con él.

Y todavía seguía sin comprender por qué su novio se tentó al caos... Como su tío había dicho. Un demonio del caos, un ser de discordia. Pero aún así no dejaba de quererlo aunque había ciertas cosas que lamentaba del rubio. Como lo de Steven y que le haya quitado su fisura aprovechandose de su gran confianza en él. Se sintió utilizado en esté último suceso. Quería intentar comprender lo,  ser compasivo pero aun así... Sabía que estaba mal.

¿Se había enamorado de alguien que enserio valía la pena? Al menos siempre alegraba sus días y los hacías más divertidos. Por primera vez se sentía amado. Especial.

No se arrepentía de haberlo conocido.

Pero la gran preocupación que abarcaba por su pecho es algo que le impide no hacer algo para terminar con lo que sea que habrá hecho su novio a todo el pueblo.

Quizás ya llevaba veiente minutos en reflexionar todo aquello, pero necesitaba tener la mente un poco clara para poder hablar con Bill una vez lo haya encontrado. Y esperaba que su familia estuviera bien. Protegida.

Recordó que el rubio le dijo que todo eso lo hacía por él, para que el verano no diese su fin, estuvieran juntos y aunque podía ser algo muy lindo de su parte y admirable, aún así sentía que eso no era lo correcto.

Suspiro con pesadez para salir de la habitación con cuidado. Se percató de que solo traía puesto sus calcetines blancos con bordes grises. El piso, apenas podía sentir su frialdad. Es como si en todo el lugar hubiera un aire acondicionado a una temperatura de 24 c' menos. Pero tampoco le molestaba del todo, sólo se sentía un poco frío.

"Summer Love" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora