Tú eras el amor de mi vida.
Sentía que mi corazón se había hecho pedazos, nunca experimenté este sentimiento, me estaba dando cuenta que lo que sentía por ella, era lo más verdadero que había sentido alguna vez en la vida.
Lloré como muy pocas veces lo hacía, estaba en la oscuridad de mi apartamento, solo. La soledad sólo hacía que recordara cada momento que compartí con ella.
La había perdido, esa era la única realidad.
Temía que ella me olvidará completamente, temía que lo que prometió nunca dejar de sentir por mi, no se cumpliera.
Odiaba todo lo que estaba sintiendo, odiaba no tenerla a mi lado. Tome mi celular y busqué en mi galería una de sus fotografías. Recuerdos de la entrevista que había realizado recientemente llegaron a mi memoria. Había dicho desde lo más profundo lo que sentía por ella, era la primera vez que hablaba de esa forma sobre el tema de nosotros.
- Somos muy amigos -fui un completo estúpido al decir eso, no quería que fuera sólo mi amiga.
- La quiero mucho -tardé, pero no sólo la quiero, la amo con mi vida. Es todo lo que deseo para poder seguir, pero también se que es lo que se fue de mi vida, lo que ya no tendré y lo que perdí quizás por cobarde.
- Es una excelente chica y es muy linda -es más que linda, es la chica más perfecta que ha estado en mi vida. Es lo mejor que me paso al entrar a Soy Luna.
Recuerdo que los nervios me traicionaron al final, estuve a punto de decir que la conexión que todos habían notado, no sólo fue simple química, que no sólo se podía dar algo, sino que ya habíamos tenido algo. Las palabras se me iban, me sentía demasiado nervioso y no sabía ya que estaba diciendo.
La amaba, la amaba aunque no quisiera y me dolía saber que ella había salido de mi vida.
¿En qué momento sucedió?
Comencé a sentirme desesperado, queriendo huir de todo lo que me rodeaba. Quizás la culpa si fue mía por dar a demostrar como si no sintiera nada por ella, pero era todo lo contrario, ella era mi vida entera.
Cerré los ojos dejando que las lágrimas cayeran libremente, está noche sería sólo de recordarla, de llorar de esta manera por primera vez por un amor.
- ¡Agustín! -gritó, Carolina, desde mi habitación. Estaba en la cocina tomando agua, deje el vaso a un lado y camine lento hasta donde se encontraba.
- ¿Que sucede? -pregunté preocupado, frunciendo el entrecejo. Observé a mi alrededor, no había nada extraño.
- Sólo quería decirte que eres lo mejor que me ha pasado -dijo con una sonrisa, me acerqué a ella y la envolví entre mis brazos.
- Estas muy tierna, ¿porqué? -pregunté aún abrazandola, hoy más que nunca no quería soltarla. Deje que su aroma me relajara.
- Simplemente quiero amarte, prometo nunca dejar de hacerlo -susurró con voz suave. Sonreí y la eleve, llevándola hasta la cama. Ella comenzó a reír, muy tierna, la abrace fuerte, queriendo no soltarla.
- Carolina, ¿que pasará con nosotros? -pregunté acercandola más a mi cuerpo, me acomode dejando que colocará su cabeza sobre mi pecho.
- Todo lo que quieras, lo que siento por ti es real y quiero intentar -escucharla me hacía entender que estaba en lo correcto.
Me levanté y estaba a punto de tirar todas las cosas de mi apartamento cuando la puerta se abrió, era Maxi. Me miró preocupado, lo entendía, mi aspecto reflejaba tristeza, dolor, desesperación. Se acercó rápidamente con el entrecejo fruncido.
- ¿Que sucedió? -preguntó estando cerca mío.
- La perdí, fui un estupido y deje ir al amor de mi vida -dije casi entre gritos, me estaba consumiendo por dentro.
- ¿De quien hablas? -preguntó mucho más confundido, a ellos no les había hablado mucho de Caro. Aunque no tenía que hacerlo, ellos sabían lo que sentía.
- Carolina tiene pareja -dije con amargura. Me entraba enojo sólo de pronunciar eso, aún no entendía porque un día se fue, no dijo nada, no hablamos, sólo se fue. -Con ella se fue todo, todos los momentos que vivimos, me duele todo y la amo -las lágrimas siguieron saliendo sin permiso.
- ¿Que paso con ustedes? -preguntó colocando su mano en mi hombro, en señal de calmarme.
- Ese es el problema, no se que hice, ni siquiera dejó que habláramos, fueron tantas promesas y ¿ahora? No queda nada -me dolía decir estas palabras, me dolía pensar en ella junto a alguien más, que le diera todo el amor que me prometió a otro.
- Agustín, ¿La amas verdaderamente? -Maxi sabía lo que sentía, él había vivido algo parecido.
- La amo tanto que con ella se fue mi corazón -Me deje caer en uno de los sillones, eres el amor de mi vida, Carolina, dije en mi mente.
- ¿Por qué no luchas por ella? -no podía luchar contra algo que había perdido. Aunque doliera, con ella era mejor perder y ser un cobarde por no intentar.
- Ella no está, se fue sin explicar y eso es todo, no puedo luchar contra algo fuerte, aunque sea el amor de mi vida, aunque no quiera vivir de esta forma, aunque ella tenga mi corazón, aunque me duela más que a ella y la ame más que a mi vida, lo mejor es no intentar -dije cada palabra sintiendo el dolor apoderándose de mi cuerpo.
- Pensé que volvería a mi vida, en esa entrevista había puesto todas mis esperanzas, hasta que ella decidió apagar todo entre nosotros teniendo una relación con alguien que no soy yo -hice una pausa, respirando profundamente. -Joder, Maxi, odio sentirme así -dije sintiéndome molesto. Me puse de pie nuevamente y pensé en Carolina, en su nueva pareja.
- Agustín, inténtalo, si crees que fue fuerte lo que había entre ustedes, lucha por ella, saca al Agustín luchador, que no se deja quitar al amor de su vida -las palabras de Maxi sólo me hacían pensar en todo, ¿realmente fue fuerte? ¿realmente nos amabamos?
Si fue fuerte, si hubo amor, perdonaría todo porque eso es amar, pero ella es esa parte que perdí, que tanto me cuesta, con ella se fueron todos los momentos que compartimos, con ella se fueron los recuerdos, las palabras y mi corazón.
Te amo sin razón alguna, Carolina. Te amo tanto que tienes mi vida en tus manos.
- Ya perdí, Maxi. Me duele, no puedo evitar llorar y lo mejor es no intentar, si estamos destinados a estar juntos en algún momento nos volveremos a encontrar y me devolverá todo lo que se llevo con su partida -cerré los ojos unos segundos, relajandome y dándome cuenta que ya nada será como era hace unas semanas, que quizás se termine olvidando de mi y que nuestro amor se apagó.
Devuelveme el corazón, Carolina.
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Prometo compensarlas con un capítulo lleno de puro amor, Agustín devuelveme el corazón.
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