21. Eres lo mejor -Aguslina-

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Había soñado por mucho tiempo encontrar el amor, pero más que eso, necesitaba sentir que alguien me amaba, que existía una persona que diera todo por mi.

Necesitaba demostrar que si podía amar, que dentro de mi guardaba tanto amor y muchas ilusiones de descubrir el primer amor.

Y pasó, justo cuando menos lo esperaba, llegó esa persona que cambio todo en mi. Me hizo ser lo más real, ser libre de expresar lo que siento y de mostrar mis pensamientos en escritos.

Se convirtió en mi inspiración.

No sabía que había hecho para convertirse en la persona más importante en mi vida. Incluso cuando lo conocí, lo que menos pensaba era que seríamos inseparables, ni siquiera esperaba una amistad con él.

Pero quizás, el destino estaba de nuestro lado y era el momento de encontrarnos, de convertirnos en ese aliado del otro.

Él se apoderó de mis pensamientos día y noche, estaba presente en todo lo que hacía y daba miedo. Miedo de un día ya no tenerlo, de ir en busca de él y ya no encontrarlo.

Me negué a aceptar que me estaba enamorando de ese chico que conocí a través de wattpad. Ese chico que con sus palabras, su forma de transmitirme tanto, sus alegrías y cada una de sus bromas, me había enamorado en tan solo unos meses.

Al aceptar mi amor hacia él, lo guarde sólo para mi porque sabía que no era algo correspondido. Incluso el día que nos conocimos tuve que hacer el mayor esfuerzo por no mostrar lo que verdaderamente sentía hacia él.

(...)

Estaba nerviosa, sentía que mi corazón cada vez latía a una mayor velocidad. Miraba el reloj esperando que fueran las 3:00 pm, hora en la que Agustín, ese chico que conocí a través de una plataforma virtual llegaría. Nos separan unos pocos kilometros, cinco horas de viaje y sentía que llevaba toda una vida esperando que pasaran.

Me levante de la silla y mire hacia las puertas de la estación de buses, algunas personas iban llegando y otras estaban subiendo a los autobuses. Busque en mi celular la foto de Agustín, quería tener una clara imagen de él, sentía que de tantos nervios no podría reconocerlo.

Mi celular sonó, ya eran las 3:00 pm y un autobús iba llegando. Mi cuerpo comenzó a temblar, no podía creer que después de seis meses por fin lo iba a conocer, ya no sería sólo mi amigo de Internet.

Camine a pasos lentos hacia la puerta, buscando a Agustín entre todas las personas que iban bajando. No estaba por ninguna parte y ya nadie bajaba del autobús, sentía en ese instante toda una revolución de sentimientos.

¿Se había arrepentido?

Cerré mis ojos, sintiendo que las lágrimas comenzarían a caer, llevaba ilusionada con este momento desde el día en que él se convirtió en alguien importante para mi. Suspire dispuesta a dar la media vuelta e irme a mi casa a llorar sin que nadie pudiera preguntar.

Fue en ese momento cuando sentí que alguien cubrió mis ojos, llevé inmediatamente mis manos hasta esa zona, eran manos de hombre y no sabía si sentir miedo o seguir ilusionando a mi corazón creyendo que era Agustín.

— ¿Te irías sin conocerme? —sólo basto escuchar su voz para sentir que todo mi cuerpo temblaba.

Lo tenía a escasos centímetros, sus manos estaban tocando mi piel, escuchar su voz en persona era aún mejor y sentir su respiración tan cerca me hacía sentir tanto, me confirmaba lo mucho que lo amaba.

Aparte sus manos de mis ojos, y sintiendo que todo iba en cámara lenta giré mi cuerpo quedando frente a él. Eleve la mirada hacia sus ojos, los cuales brillaban de alegría. El momento de conocernos había llegado, formábamos parte de el en ese instante.

One ShootsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora