Me ire

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-Espera un momento –pronunció mientras miraba a Miley intensamente- nena, ¿podrías dejarme solo un momento?

Ella asintió, le dio un beso en la mejilla y se alejó a comprar helado.

-Habla –animó a seguir a su madre.

-No puedo decirte esto por celular Justin, necesito que regreses a California.

-¿Estás mal de la cabeza? ¿Te fumaste algo o…?

-No me faltes al respeto, Justin. Sigo siendo tu madre. –lo reprendió.

-Tu nuca has sido una madre Pattie, me has tratado más como una mascota que como un hijo.

-No te pongas a reprocharme eso ahora, jovencito. Necesito que vuelvas lo más pronto posible.

-Estás loca si piensas que voy a volver, estoy en mi luna de miel, no voy a dejar a Miley sola.-gruñó.

-No tienes porque dejarla sola, puedes traerla.

-Tampoco le voy a quitar su viaje, mucho menos el día de San Valentín.

-Oh Justin, dime por favor que no te has encariñado con ella –rogó.

-¿Y a ti qué si me eh encariñado con ella? –respondió a la defensiva. – Muy mi vida.

-¡Pero no seas estú.pido, Justin! Recuerda que no es tu vida, que es la vida de tu hermano.

-Mi hermano fue muy poco hombre para saber valorar lo que tenía en ella.

-¿Y tú eres más hombre que él? Te recuerdo que estás engañando a una mujer solo para quedarte con su dinero. No te puedes enamorar.

-Yo no estoy…-dudó un poco- no debo estar enamorado, no puedo… la conozco hace 3 días.

-Eso no te impide nada ¿te recuerdo que pasó con Olive?

-Cállate-gritó-, no necesito que nadie me recuerde los errores que eh cometido. Pero ese es mi pasado, madre. Y uno aprende a no cometer las mismas tonterías. No quiero enamorarme de Miley. Mi corazón ya no sabe que se siente estar enamorado.

-Y por lo mismo puede confundirse… creer que es cariño cuando en realidad es algo más. –indagó Pattie.

-El corazón sirve para bombear sangre, no para sentir.

-Te quiero aquí, en California. Tienes una semana. –dijo y después cortó la llamada.

-¿Pattie? ¿Pattie? ¡Maldita sea! ¡¿Cuál era el problema del que querías hablarme?!

Pero no recibió respuesta, volvió a guardar el celular en el bolsillo y bufó. Sus planes abarcaban un mes completo en Hawái ¿cómo le diría a Miley que se irían en una semana?

¿Y si viajaba él solo? No quería tener que volver a lidiar con la fobia de Miley. Pero si lo pensaba bien… no podía imaginarse viajando sin Miley a su lado.

-¿Pasa algo malo?- ella había aparecido frente a él con dos conos de chocolate en las manos.
Sí, pasaba algo muy malo, pero él no sabía qué.

-Nada, princesa –puso su brazo alrededor de ella, acercándola.- Indicaciones del trabajo… Me están enviando a California.

-Oh –murmuró Miley, evidentemente decepcionada- ¿Te irás?

-Será por unos días solamente, tenemos una semana juntos aún, y cuando vuelva te compensaré todos los días perdidos, te llenaré de besos, abrazos y caricias. Podemos empezar por adelantado si lo deseas…

Miley soltó una carcajada mientras se acurrucaba más hacía él.

-¿Volverás con un nuevo perfume y corte de cabello? ¿Y mágicamente re-aparecerán tus lunares? –preguntó juguetonamente.

-No, al menos que así lo quieras tú…

-En realidad, me gusta mucho como te ves así. –Justin dio un mordisco a su helado y después besó a su esposa calentando el chocolate en sus bocas.

-Te amo –susurró ella cuando se separaron.

Justin tomó la cámara y apuntó hacía ella mientras tomaba una foto, por alguna razón quería recordar ese momento: sus labios rosados y húmedos… cubiertos con gotitas de chocolate pronunciando que lo amaba, sus mejillas rojas, su sonrisa grande y sus ojos brillantes ¿así era como él la miraba a ella? ¿Cómo un cachorrito mojado que busca hogar? Debía hacer muy bien su trabajo si podía fingir una mirada como esa… ¿Por qué la fingía o no?

¿Algún día lograría responderle cuando Miley decía que lo amaba? Quisiera poder hacerlo, deseaba decirle que él sentía lo mismo… pero si lo hacía se sentiría como una bolsa de basura fétida y podrida, empezaba a pensar que en realidad lo era ¿Cómo podía estar engañando a una persona tan tierna y dulce como lo era ella? No quería mentirle más de lo que ya lo hacía… si algún día le decía que la amaba sería porque era verdad y porque ella ya sabría que él era Justin y no Derek, y aún no era el momento para eso.

Se acercó a Miley de nuevo y la volvió a besar, debía aprovechar cada día de esta semana con ella, tenía ese presentimiento en la boca del estómago… el problema del que hablaba su madre tenía que ver con el regreso de Derek a la ciudad.

El farsante (Miley Cyrus & Justin Bieber) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora