Crónicas Detectivescas II: Lazos

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  ❤ ❤❤❤❤ MENSAJE DE LA AUTORA ❤ ❤ ❤ ❤ ❤

Antes  de  iniciar  me percaté  de  que  existían  una o dos  personas  que leían  esto.  Tarde  les  agradezco  y me  disculpo  (sí es  que alguien ve esto)    por  el  abandono.  Mi vida  esta  ocupada y mi hobbie  de  escribir  ha  tenido  que  relegarse, eso y  que me  quedé  un mes  sin computadora  y  como dos  meses  con mis  archivos  perdidos  porque  se  quedaron el  la  otra  que tenía.  demás  tuve  un bloqueo  que  recién se  va,  sin embargo mi tiempo  es  cada  vez  más  limitado.  Subo  dos  capítulos, pero  la  verdad no sé cuando pueda  continuar escribiendo. 


❤❤Crónicas Detectivescas II: Lazos❤ ❤ 


El departamento de policía de California se hallaba concurrido y afanoso como cualquier lugar de una metrópoli. Entre casos de índole tan simples como un robo menor, un intento fallido de extorción por parte de algún púbero torpe que fingió su secuestro, ruidosos vecinos y demás nimiedades propias de la vida en sociedad, hasta casos graves de violencia doméstica, lesiones dolosas, robos con violencia, violaciones y homicidios que quitaban el sueño a detectives y policías honestos que muchas veces eran desbordados por la cantidad de casos que les llegaban a sus escritorios o les interrumpían el desayuno de manera estrepitosa con el brumoso sonido del radio de la patrulla.

Los teléfonos sonaban sin descanso, demandando por medio de su fastidioso y ruidosos ring ring el ser contestados, los policías entraban con personas sometidas con esposas, los practicantes de universidades subían y bajaban con bonches de expedientes y copias sin respiro alguno, el personal atendía a las víctimas de algún delito que iban a declarar, algunas en estado de shock, otras por mera obligación con la apatía defendiendo la filtración de información que pudiera soltar su lengua, otras con el coraje de la venganza y finalmente unas cuantas más con el mutismo propio de la muerte, que dejaba como último testimonio un cadáver o por lo menos alguna parte de este.

Aquella estresante mañana no hizo más que empeorar la colitis del detective Artur Delacroix, quien por si fuera poco bombardeó su gastro intestinal con una desmesurada dosis irritante de cafeína y un desayuno grasoso.

—Me lleva la #$%%— farfulló por lo bajo cuando la inflamación del vientre le hizo retorcerse y verterse la cuarta taza de café de la mañana sobre la camisa blanca y los pantalones beig. Se quitó el saco para no mancharlo, utilizó su corbata marrón para revertir el desastre e impedir que el líquido obscuro ensuciara la pila de expedientes que apoyó en la encimera de la cafetería.

Pasó vertiginoso la corbata para evitar que el café continuase expandiéndose, pero sus movimientos oscilatorios causaban que la mancha se regase imparable. Cuando el líquido estaba por estropear los documentos una mano se encargó de deslizarlos al extremo de la barra.

—Déjame ayudarte— se ofreció Kentin mientras colocaba sus galletas y su taza en una mesa continua de la que cogió un puñado de servilletas desechables — Sirven mejor que una corbata—

—Calla y ayuda niño— repeló el hombre— Ya te pareces a mi mujer—

Artur atacó el servilletero y con furia restregó los blancos papeles en su mojada ropa.

El  lado  obscuro  de  Corazón  de  Melón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora