Capítulo VII: Entre telas, telones y boutiques.

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❤ ❤ ❤ ❤ ❤Capítulo VII: Entre telas, telones y boutiques.❤ ❤ ❤ ❤ ❤

Rossalya pasaba por las calles de Paris con Leight aprensado de su mano. Miraba con orgullo los escaparates de lujo que mostraban su popular colección, cuya aceptación de la gente superó las expectativas de marketing e inclusive las misma.

—¡Ho! mira— exclamaba la chica mientras señalaba discretamente a una parisina que lucía uno de sus conjuntos—¿Qué guapa? ¿No crees? — preguntaba mientras lanzaba una mirada cargada de orgullo a su novio.

—Más guapa tu mi amor— respondía amorosamente Leight. Mientras contemplaba sus ojos miel con la misma ternura que cuando eran un par de adolescentes enamorados.

Ambos correspondieron su genuino amor con un apasionado pero elegante beso que provocó que miles de mariposas revolotearan en sus estómagos. Finalizaron su muestra afectiva con una pueril y alargada sonrisa, igual que lo harían dos adolescentes en su primer enamoramiento.

Permanecieron abrazados frente al ventanal de un escaparate de lujo donde su sueño era representado por medio de un maniquí lujosamente vestido con varías prendas de sus colecciones. Aquella figura representaba sus metas, logros y amor que a pesar de los años y negativas externas continuaba tan vivo con en un inicio.

Se conocieron cuando ella tenía dieciseises y el diecinueve años en un expendio de telas al que ambos acudían para comprar los utensilios con los que elaboraban sus diseños. En aquella ocasión su primer encuentro consistió en un par de miradas discretas, más por parte de él que de ella, posteriormente se reencontrarían un algunas de veces más en las que ninguno hizo amago de interactuar. No fue hasta que Rosalía comenzó forjar una amistad con un nuevo y tímido alumno que provenía de provincia llamado Lissandro para que ella pudiera compartir palabra con Leigh.

Rossalía siempre fue una joven muy madura para su edad, por ende le costó relacionarse con sus análogos adolescentes. No les comprendía al igual que ellos no podían congeniar con su manera adulta de pensar, por lo tanto prefería mantener relaciones superfluas pero afables. Solo cuando conoció a Lissandro encontró alguien con quien verdaderamente podía forjar una mistad. Aquel muchacho introvertido guardaba un silencioso tesoro que solo emergía cuando entonaba su voz. Sus pensamientos solo salían a través de sus canciones y en sus extensas conversaciones que solo mantenía se atrevía a mantener con Rossalia y su hermano del que según le mencionaba era muy afín.

— Te encantará. Es un gran joven— sentenció Lissandro con moderado entusiasmo mientras caminaba al lado de Rossalia en dirección a la salida de la escuela—Mira, ahí está él— señaló al extremo del portón donde un joven de cabellera azabache, piel blanca y vestimenta extravagantemente victoriana le esperaba con una reservada sonrisa.

Rossalía no pudo ocultar su asombro al reconocer a tan característico joven.

—¿Se conocen? — inquirió Lissandro al notar el asombro en sus acompañantes, sin embargo ambos negaron con la cabeza.

—Hola, me llamo Rossalia— dijo la albina extendiendo su mano y otorgando una radiante sonrisa que rompió el hielo —Tu debes ser Leight. Lissandro me habla mucho de ti—

—¿De verdad? ¿Lo ha hecho? — Leight miró a su hermano con fraternal cariño.

—Sí— confirmó Rossalía.

El  lado  obscuro  de  Corazón  de  Melón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora