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Corrieron, corrieron como si la muerte les estuviera respirando en la nuca. Salieron del bosque, cruzaron la carretera, pasando de largo la gasolinera hasta llegar a un descampado por el cual, más adelante pasaba el río. No habían dejado de correr, ambos sentían que les iba a estallar el corazón en cualquier momento. Frenando un poco el ritmo, entraron en un pequeño túnel para ocultarse y descansar un poco. Estaba lleno de telarañas, Abi no pudo evitar poner cara de asco. Derek vio un lugar donde dejar su mochila y descansar, su compañera decidió hacer lo mismo.

- Uff... Vale, vamos a parar un segundo... - Dijo Derek recuperándose, se sentaron.

- Necesito que me lo digas... - Abi respiró hondo - ¿Cómo puedes pasar de las personas que han estado un mes entero contigo como si nada? – Abi seguía molesta con Derek por aquello, se sentía fatal.

- Habíamos quedado que si algo así llegaba a ocurrir yo me tendría que ir, y ahora, te tenías que venir conmigo.

- ¿Por qué?

- Porque yo tengo algo que si esa gente descubre jamás podremos arreglar esto.

- ¿Y yo qué coño pinto ahí? – Molesta.

- A ver... - Derek suspiró – Tenemos el mismo tatuaje, ¿no te parece raro? – Le señaló el brazo.

- ¿Qué iban a hacer ellos con un estúpido tatuaje? – Abi no veía lógica en las palabras de Derek.

- Abi, nadie coge cuatro vehículos llenos de soldados y se dirige con ellos a un sitio a buscar a una cría. Escucha esa gente te necesita y para lo que quiera que te necesite no es bueno. En fin... - Volvió a ponerse la mochila – Andando, tenemos que alejarnos más, todo lo posible.

- ¿Y ya está? – Abi se levantó - A ver Derek, me tienes que explicar, qué es ese chisme que tienes ahí, ¿y esos papeles? Y lo más importante, ¿por qué eres tan borde conmigo? – La chica alzó el tono en esa última frase.

- Así que, eso es lo que te parece más importante... - Derek se acercó despacio - ¡Hay que moverse! Déjate de tonterías... - Se volvió para seguir caminando.

- ¡No! – Le agarró de la chaqueta – Vamos a pasar mucho tiempo juntos, así que tenemos que arreglar nuestras diferencias.

- Dios... ¿Por qué eres tan pesada? – Se soltó de su brazo - Déjalo ya, Abi, no vamos a ser "amiguitos del fin del mundo", no vamos a ir explorando sitios en ruinas llenos de esas cosas que rondan por ahí fuera por diversión. Tenemos algo que hacer y se trata de arreglar todo este desastre, así que muévete de una vez – Derek se había encendido por completo. Comenzó a caminar pero Abi seguía rígida.

- Capullo. – Dijo apretando los puños.

- No soy yo el que le pone pegas a todo, me pregunto si antes de perder la memoria eras tan pesada – Siguió caminando.

- ¡¡Y yo me pregunto si eras tan borde antes de perder a tu amigo!! – Al soltar aquello, Abi se arrepintió por completo.

Derek se paró en seco, y giró la cabeza, su mirada había cambiado notablemente. Se acercó a Abi, firme y directo. Por un momento, la chica pensó que iba a hacerle algo, sintió una chispa de miedo. Se plantó delante de ella, mirándola a los ojos, se quedó así unos segundos hasta que cogió algo de aire para decir algo.

- Por favor. Sé que tienes mil preguntas que hacerme, pero necesito que me sigas. He dejado a Will y a los demás atrás porque debía hacerlo, y me estoy conteniendo para no cargar el arma y volver corriendo a ayudarles... Pero no debo, hay algo más importante en juego.

REFLEJO.42 (MUESTRA)  - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora