Capítulo 8: "Gusto de mocos".

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ERIN.-

—Ahora silba, maldita —rogó Violet, después de que yo me haya reído a carcajadas porque sí y por nada. Bien, silbar era un desafío. Ahora que recién me estaba calmando de la reciente situación apenas podía estar consciente que estaba respirando y pestañeando—. ¡Silba!

—Uuh —me salió de los labios y me descojoné por millónesima vez en la noche. Mi panza estaba a segundos de explotar y mis mejillas se fracturaron de tal forma que parecía una psicópata en plena locura—. No puedo silbar, oh.

—Cállense —obligó Georgie y vio su celular, era la única luz que habitaba en la habitación de Violet—. Es mi mamá. Tengo que poner voz de adormilado. Espero que se callen porque si mi mamá se entera que estamos haciendo cualquier cosa menos lo que deberíamos me matará.

—¿Viniste con una mentira? —grité, haciendo una falsa impresión—. Georgie Jeremy, nunca pensé eso de ti.

—Ay, cállate —regañó y aceptó la llamada de su mamá.

Cruzamos miradas con Violet y ella estaba con la boca abierta, estábamos esperando silenciosamente la voz de su madre detrás de la línea telefónica. 

En pocas palabras, cuando mi abuela me envió a la casa de Violet, enseguida llamamos a GJ y, bueno, aquí estamos. Riéndonos por nada. Ni siquiera me hace falta una gota de alcohol porque cuando estoy con ellos me libero de tal forma que no tengo ni la menor idea de lo que hago. Georgie, no obstante, le dijo a su madre que Violet estaba enferma y que su madre no estaba en la ciudad, así que tuvo que venir a cuidarla pero sí o sí irán mañana a clases. Y aunque la parte de que su madre no estaba en la ciudad es cierta, Violet no está enferma. Una mentira blanca. Pero, bien, ¿Qué se apartaría de una pijamada con los más cool de la preparatoria?, nadie.

—Sí, mamá —por fin rompió el silencio Georgie y lo miramos directamente. Su débil delineado en la parte del lagrimal hacía que su mirada se viera mucho más profunda. Era tan teatral. Yo me hago ese delineado y parezco de todo menos persona—. Sí, la última vez que le tomé la temperatura tenía treinta y siete grados, así que está bien. Controlada por mis manos.

No lo malentiendas, Erin.

—Sí, sí iré a clases. Último año, no me lo pierdo —recalcó y se miró las uñas y con la otra mano estaba agarrando su celular—. Me debes prestar tu set de manicura. Mi cutícula está asquerosa.

Y la mamá y el hijo empezaron a hablar de cosas superfluas de estética. 

Tosí levemente para captar la atención de Violet y ella enseguida tomó mi indirecta. Nos quedamos observando y prendí la lámpara sacudiéndome las manos como si tuviera polvo y me tiré a la cama de Violet, en el rincón.

—¿Cómo te va con Nick? —me preguntó, intentando dejar solo a Georgie con sus preguntas existenciales.

Sonreí. Asintiendo con la cabeza con actitud positiva. Violet le encanta que me guste Nick, el mejor amigo de Colton. Él estaría con Colton y yo con su mejor amigo, ahora que lo pienso bien. Pero sigo insistiendo que Colton no es para ella y nunca lo será.

—Como un sueño —resumí—. Te juro que hago todo lo posible para que estemos juntos, pero algo no me lo permite. Mi autoestima quizá. Pero hago todo lo que puedo, sea cual sea el costo, para que mi primer beso sea con él. Nick es el candidato perfecto, y lo mejor es que está aprobado por Colton, y por una parte está bien porque él desea a alguien que yo deseo, pero está mal porque... Es muy restringido. Como si él fuera el dueño de mis relaciones afectivas. 

No hay ninguna faceta oculta de Colton que me caiga bien. A veces siento que la cigüeña me llevó a la casa equivocada y realmente yo debería ser acogida por la familia de los Obama. No sé. Sólo analizo.

La única chica. © [EDV#1] | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora