ERIN.-
Luego de todo el catástrofe y el furor por la brusca caída de mi hermano, Colton, volvió a renacer el partido. Y aunque todos tienen menos esperanzas en la victoria de los Diablos Azules, yo sólo estoy observando cada movimiento que hace Noah. Probablemente lo observo con tanta fijeza porque fue la primera opción del entrenador para reemplazar a mi hermano, pero el partido se mueve gracias a Noah. Incluso un poco porcentaje de los espectadores se habían ido. Sí, Colton era una celebridad en este pequeño pueblo guste o no.
¿Alguna vez escuchaste esa típica frase que se usa en las obras teatrales? ¿«Rómpete una pierna»? Bueno, en el capítulo anterior fue lo que más calzaba con la trama. Aunque se usó para un partido de fútbol americano, pero da lo mismo. Lo que trato de decir es que Colton tuvo una suerte que se volvió un gran infortunio. Ahora el partido estaría perdido.
—Quiero hablar con Erin —regañó GJ—. Cambiemos de puesto, Violet.
Violet, sin problema, se cambió. Se estaba mordiendo sus largas uñas —que ahora apenas son visibles— por los nervios. No sé si sus nervios son causas del partido o de Colton. Por lo que me dijo Georgie, Violet está enamorada de él. Y aunque me siento completa y absolutamente extraña por ese hecho no tengo nada qué decir. No era mi romance ni tampoco mis gustos.
—Es Noah. El partido está evolucionando gracias a Noah. Y tú eres amiga y futura novia de él —empieza a ilusionarse y yo blanqueo los ojos—. ¿No te sientes especial?
—No es mi amigo. Sólo es mi profesor de álgebra por culpa tuya—recalqué y escuché la débil y divertida risa de Georgie al recordar en lo que me metió—. No te rías. Colton casi lo mata.
—Me encantan los hermanos protectores, en especial el tuyo —lanzó una indirecta y yo lo fulmino con la mirada.
—Es suficiente con que Violet esté enamorada de él —recalqué—. Como sea, cambiemos de tema. Faltan sólo dos minutos de partido para que uno de los dos equipos haga la diferencia y me estoy poniendo lo suficientemente nerviosa como para que me dé un patatús aquí mismo.
—Estás nerviosa por Noah —me corrigió él y yo me silencié por completo.
Mis ojos iban a donde iba él. Era algo de obsesión inconscientemente. Puedo asegurar que todas las chicas por fin van a saber de su existencia por el reemplazo que organizó el entrenador sobre Colton. Y, a pesar de que yo no me siento orgullosa de ser alguien cercana a él, por primera vez puedo ver algo que de un principio no vi en él: su indescriptible todo.
¿Alguna vez han tenido esa pregunta de que qué pensarán los hombres cuando se enamoran? ¿Serán tan locos y obsesivos como nosotras? ¿Ellos dejan que el destino haga lo suyo o simplemente ellos hacen todas las jugadas para que el amor emerja hacia el exterior? Porque mi mente acaba de realizar todas esas preguntas y con las mismas palabras.
—Treinta segundos —murmuró Violet lo que hizo que mis pelos se pusieran de punta—. Sólo treinta segundos para que uno de los equipos gane.
Reiteré en mi cabeza todas las suposiciones e hipótesis que tenía, creando una estrategia mental para que uno de los dos grupos gane. Mas nada de lo que tenía en mente se ejecutó. Noah, increíblemente, iba corriendo a una gran velocidad con el balón en mano.
GJ sabía que yo me alteraría porque, al igual que todas las personas, me puse de pie restregándome las manos sin parar, entonces él posó su mano en mis ojos para interponer mi vista y yo ver nada más pura oscuridad. Sin embargo, escuché el grito de toda una multitud y poco después el silbato para indicar que el partido había terminado. No sabía de dónde provenían los gritos, todo se hacía tan lejano; pero al escuchar el distintivo chillido de Violet pude hacerme una idea de lo que había sucedido: Diablos Azules había ganado..., y Noah marcó la diferencia.
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La única chica. © [EDV#1] | ✓
Genç Kurgu¿Han escuchado esa antigua leyenda sobre el hilo rojo del destino?, pues Erin sí y no porque lo haya encontrado en una página de internet, sino porque su abuela -quien antes era una actriz, modelo y diseñadora de revistas- se la pasa contando esa hi...