Luto de Plumas.

Párrafo Siete: El Funeral.

Ese último abrazo consumó una de las cosas más fuertes que viviría ese día, pero no fue suficiente para calmar su corazón en el momento en que vio cómo finalmente alejaban su cuerpo de ella, poniéndolo a séis metros bajo tierra y haciendo que recordase por una última vez que no volvería a estar cerca de él físicamente, nunca más.

El dolor fue inevitable de expresar, ya que sus gritos y negaciones eran escuchadas desde lejos. Su padre trataba de retenerla pero finalmente acabó alejándola, y ella le aseguró que estaría mejor sola. Aunque presa de sentimientos distintos, sus pies comenzaron a moverse fuera del recinto sin un destino de llegada exacto. Simplemente salió de allí, sin advertirle a nadie.

Claramente causó consecuencias, fue buscada por su padre y amigos durante horas, pero finalmente la encontraron sentada en el porche de su casa. Si le preguntan a ella, no recordaba nada de lo que había ocurrido. Muchísimo menos el hecho de que Sienna la acompañó a la cama, y Jay acarició su cabeza antes de que cayera rendida.

Los siguientes días no fueron más progresivos, apenas salía de su habitación para comer y se dedicaba a mirar esa carta, con un millón de pensamientos en la mente. Hasta que llegó ese día, en donde encontró el valor suficiente para abrir ese papel y leer el contenido del único recuerdo de Noah, su último legado.