Luto de Plumas.

Párrafo Séis: Jay.

Por más que haber abrazado al resto de sus amigos haya sido una experiencia dura para Crystal, nada se comparó con abrazar a él, quien era personalmente su mejor amigo y el de Noah. Él de por si era un persona sensible, por lo que su corazón destrozado se podía notar al ver sus ojos.

Podía aparentar ser una de las personas más frías del mundo, pero ella era una de las únicas personas que lo conocían hasta el fondo, por lo que estaba consciente de su debilidad e inestabilidad emocional. Es débil, y si nadie sabe tratarlo bien después de esto podría quedar arruinado para siempre. Él es hermoso, inteligente, y muy buena persona.

Como era de esperarse, estaba en el asiento que daba la mejor vista al cajón. Era como si estuviese acostado en la silla, con la mirada perdida pero al mismo tiempo puesta en ese cajón de madera. Cuando Chris se sentó a su lado, inevitablemente se hipnotizó, sin poder dejar de observar a esa dirección.

—Por favor, toma mi mano —pidió él, casi de forma inmediata. —Me siento más solo que nunca, no sé qué mierda haré después de esto. Realmente me gustaría tener a alguien como Zack o Sienna que están juntos, porque sé que no soy tan fuerte como tú o Sid. También sé que soy el único idiota que no ha parado de llorar desde que me dijeron que se había suicidado. No supe calmarme, aún no logro hacerlo, Chris.

—Nadie lo hace, tampoco sé si lo haré. Pero podemos descubrirlo juntos —besó su mejilla. —Esta es la última vez en la vida que te sentirás solo. Esta es la última Jay, lo prometo —aseguró, antes de abrazarlo.

Ese fue el único abrazo en el que ninguno de los dos lloró. A fin de cuentas, Crystal pudo ver que cada vez que le hablaba a alguno de los chicos, se abrían como un libro ante ella y recién vio el por qué; junto a Noah eran la mayor esperanza, y como él decidió irse, ella tomó el bando de esto. Los necesitaba a todos para arreglarse a mí misma tanto como ellos quieren su apoyo para hacerlo también.