|| Extra 8 ||

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Dos semanas habían pasado y las cosas con el matrimonio de Naruto y Sasuke no podría estar más que mejor, sus pequeños se la pasaban en la escuela por las mañanas y por las tardes estaban haciendo sus deberes escolares por lo que el tiempo para ellos ya no alcanzaban.

El tiempo que le sobraba a los pequeños los utilizaban para dormir o ver la televisión en algunas ocaciones, en otras sólo preferiab quedarse leyendo el libro de cuentos que una vez les regaló Naruto para su quinto cumpleaños.

Sasuke por su parte estaba mas apegado a naruto quien no podria estar mas que feliz puesto que su esposo ya no tenía tanto trabajo como antes y ahora llegaba más temprano a la casa, lo que significaba que el moreno ayudaba a los niños con sus tareas mientras el rubio se encargaba de hacer la cena para todos.

Sakura por su parte los visitaba cada cierto tiempo pues preferia darle su espacio a su mejor amigo, pues sabía que Naruto estaba esperando el momento indicando para decirle a su esposo un secreto que lo pondría más que feliz, o al menos ese era el pensamiento del rubio.

Minato y Kushina se desvivian por sus nietos, cada que ellos tenían un tiempo solos preferían llamar a Naruto para que él les llevará a sus nietos y así dejarle tiempo libre a los enamorados. Minato aún no creía que Sasuke respetará del todo a Naruto pues cada vez que tenía oportunidad le preguntaba a Menma como estaban las cosas por casa y Menma tan inocente decía que las cosas por su casa no podrían estar mas que mejor.

En ese momento Naruto dr encontraba más su apurado pues tenía que encontrarse con una persona a la cual no había visto desde ya hace demasiado tiempo. La felicidad no cabia en el, deseaba verles de nuevo.

Apenas se enteró que su amigo regreso a la ciudad después de estar cinco años fuera le dio una alegría inmensa que pocos podrían provocar en su persona.

Naruto se vistió lo mas rapido que pudo, la emoción se hizo presente en su rostro quien no podia ocultar lo feliz que estaba.

- Papi - le llamo la pequeña Akari quién veía como su papi Naruto se pasaba el peine por su rubio cabello.

- Dime cariño - contrato viéndola desde el reflejo del espejo.

- Podemos ir contigo - hablo la niña lo más inocente que pudo.

- Por supuesto cariño - comentó aún más feliz Naruto.

- Iré a decirle al Menma - dijo la niña mientras salia de la habitación del rubio.

Mientras tanto Naruto siguió arreglando su cabello y terminando de arreglarse puesto que la emoción no dejaba su cuerpo.

Media hora más tarde los dos pequeños y Naruto y estaban listos y esperaban un taxi para ir a ver al amigo del rubio. No tuvieron que esperar mucho ya que tomaron un taxi demasiado rápido.

El camino fue demasiado largo o al menos así lo sintió el rubio ya que a casa momento miraba si celular para checar la hora y nos trae más veía la hora más se desesperada pues pensaba que la hora corría lentamente.

Media hora más tarde los dos pequeños y el rubio bajaban del taxi para caminar hacia la puerta de esa gran casa que una vez en el pasado visitó constantemente a llegar a tal grado de vivir en ella.

Naruto sentia tantas ganas de contarle a su amigo las nuevas noticias que a la que cambiaría su vida nuevamente además de que queria conocer a ese pequeño el cual tenia la misma edad de sus niños.

Tres toques a la puerta fue suficiente para que del otro lado llegar una persona persona abrir la puerta con una hermosa sonrisa en los labios.

- Naruto tanto tiempo - comento la otra persona al otro lado de la puerta - esos son tus niños - dijo con emoción bajandose de rodillas para poder quedar a la altura se esos dos pequeños

- Hola nena - le hablo Gaara a la pequeña que sonreia de oreja a oreja.

- Tío Gaara - le sonrió la niña.

- Tío - le hablo esta vez Menma quien aún estaba agarrado de la mano de su papi Naruto.

- Pequeño - Gaara dejo por un momento a la niña y fue a saludar a su pequeño sobrino quien sonreía como siempre.

- ¿Donde está Daichi? - pregunto curioso Menma.

- Esta en su habitación, ve a verle - sonrio para después revolverle el cabello al pelinegro - Tu también puedes ir Akari - le dijo a la pequeña, quien sólo sonrio ante lo dicho por su tío.

Mientras lo pequeños se subian las escaleras entre risas y bromas los dos adultos se fueron a donde el sofá para sentarse y hablar cómodamente.

- ¿Y Sai? - pregunto el rubio - ¿Está con Daichi? - Gaara sólo sintió.

- Se alegrará de tenerte de visita después de tanto tiempo - en ese momento escucho como bajaban las escaleras a pasos apresurados y sin previo aviso Naruto sintio como alguien lo abrazaba con fuerza.

Al rubio no le quedo de otra que regresaste ese fuerte abrazo, por momentos el rubio recordaba como Sai sentia celos de el y ahora se podría decir que son muy buenos amigos tanto como Naruto y Gaara.

- Hasta que te dignas a visitarnos - le hablo Sai a Naruto - tienes mucho que contarnos verdad - el rubio sólo asintió con la cabeza - ¿Y que esperas? Vamos empieza a contarnos todo lo que ha pasado - y con una sonrisa Naruto le contó sobre la buena noticia que quería darle a su esposo.

El Perdón [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora