CAPÍTULO 1
Sherlock Holmes demuestra nuevamente sus habilidades detectivescas resolviendo el caso de Alan Rodes. Durante la rueda de prensa, el particular y poco ordinario Sherlock Holmes declaró que el caso en cuestión ha sido uno de los más complicados de su carrera, por lo que piensa tomarse un descanso ("siempre que Scotland Yard me dé un respiro", comenta entre risas).
-¿¡Pero quién se puede creer esta bazofia!? ¿¡Qué pienso tomarme un descanso!? ¿¡Uno de los caso más complicados de mi carrera!?- Sherlock tira el Daily Mirror y encesta en la papelera que tiene cerca de su escritorio.- Los periodistas ya no saben qué inventar para vender. Que si el Héroe de Reichenbach por aquí, que si el brillante detective por allá... "Watson y Holmes, ¿juntos?" Por favor... Estoy más que harto de estas tonterías.
-Oh vamos Sherlock, si te encanta. -Comenta la Sra. Hudson mientras le sirve un té al eufórico detective- Tienes que tomártelo con calma. Aprende de John, parece que no le afecta demasiado, ¿no es así, querido?
John, sentado en su sillón habitual, frente al de Sherlock, no contestó. Las miradas escudriñadoras de su compañero y su casera no le hacían apartar los ojos del móvil. No sólo no parecía haber estado atendiendo a las quejas de Sherlock sino que veía algo en la pequeña pantalla que le hacía sonreír.
-¿John?- Preguntó Sherlock con una voz impaciente- ¿¡JOHN!?
El grito de Sherlock hizo despertar al doctor de sus ensoñaciones con tal brusquedad que el móvil cayó al suelo. La Sra. Hudson huyó de la escena como un conejo que se esconde en su madriguera cuando siente que va a haber tormenta.
-¿Qué te pasa? Me has asustado.
-Oh, vaya, lo siento. Santa Claus no me traerá la lupa que he pedido este año.- Sherlock, tan ácido como siempre, se incorporó para recoger el móvil de John -¿Tan interesante es eso que estabas mirando como para que me hayas ignorado toda la tarde?- Preguntó mientras le devolvía el aparato.
-Eran fotos. De... Ejem...-Se aclaró la voz -Rose -Miró la cara de su compañero, el cual puso los ojos en blanco- No, Sherlock, no me mires así- Dijo con un dedo inquisidor al tiempo que se ponía en pie -Es mi hija, la echo de menos. Y a Mary también.
-Sólo han estado fuera cinco días. Regresan mañana. No es para que estés así.
-¿Así cómo? -Quiso saber, molesto, John.
-Como si todo tu mundo se desmoronara. Vas por la calle como un alma en pena. Espero que no estuvieras así durante mi... Ausencia. -Contestó Sherlock mientras se daba cuenta de la reacción de John al oír sus palabras.- Lo siento, no pretendía...
-No importa Sherlock, de verdad -Lo interrumpió -Oye, no busco que lo entiendas. Sé que para ti los... sentimientos son difíciles de procesar y crees que son un mecanismo de que algo falla en el ser humano, pero no todo el mundo es como tú. No son un fallo del organismo, Sherlock. Está bien sentir.- Sherlock miraba reflexivo hacia la calle desde la ventana del 221B de Baker Street, sin embargo, parecía ver de todo menos lo que había en el exterior -No pensaba decirte esto aún pero dado que ha salido el tema...
-Zzzzzzz
El zumbido del iPhone de Sherlock interrumpió a John y, el detective se acercó sin prisas al escritorio, cogió el móvil y leyó. Se trataba de un mensaje de Scotland Yard.
-Es Lestrade. Ha surgido algo -Se veía en la incómoda necesidad de decir algo. Fue a por su abrigo y se puso la bufanda de siempre -Coge tus cosas, tenemos un caso.
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-Antes de que digas nada, sé que este tipo de casos te "aburren", pero es de extrema importancia y vamos a contrarreloj -Lestrade explicaba a Sherlock y John los detalles de los acontecimientos mientras los conducía a su despacho -Se trata de un secuestro. Un niño, Mark W. Sheridan, de once años que desapareció misteriosamente en Hyde Park. Según el testimonio de su hermana, estaban dando un paseo por el parque cuando el chico salió corriendo detrás de Terry, su perro -El inspector cerró la puerta tras de sí y se dirigió a su escritorio. Mientras rebuscaba entre sus papeles, continuó -La hermana siguió caminando hasta donde se supone que el chico había corrido con el perro, pero cuando llegó sólo estaba Terry.
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Sherlock Holmes y el caso de los Sheridan
Hayran KurguPara la mente brillante y cuadriculada de Sherlock Holmes, el secuestro de un niño no tiene demasiados cabos sueltos. O al menos eso cree él. La aparición de la hermana del chico (con habilidades tan poco comunes como las del detective) harán de est...